En algunos momentos de la historia, el mundo da un giro tan radical que nada vuelve a ser igual. Recordemos 1968, cuando la Unión Soviética invadió Checoslovaquia, hubo protestas masivas en Francia y la guerra de Vietnam prendió la mecha de la indignación global. Luego, en 1989, el colapso del Imperio Soviético, la caída del Muro de Berlín y la famosa masacre de Tiananmen marcaron otro hito.

Ahora, solo han pasado siete semanas de 2025 y muchos se están preguntando: ¿será este otro de esos años de cambios profundos? La respuesta parece ser un sí, y todo por la figura de Donald Trump.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, todos los presidentes estadounidenses, excepto Trump, han mantenido principios claros en su política exterior: proteger a Europa de Rusia y a Asia de China. Pero Trump llegó para romper con esa tradición y poner a Estados Unidos por encima de todo, incluyendo a sus aliados. Esta postura ha sido una bomba para los países amigos de EE.UU., especialmente en Europa.
¿Por qué? Porque la seguridad de Europa y Asia, por tanto tiempo respaldada por los EE.UU., ahora se ve cuestionada. Trump no se anda con rodeos y afirma que está defendiendo los intereses de su país, aunque los demás se sientan un poco traicionados.

Aparte de sus políticas, la personalidad de Trump complica aún más las cosas. Es un hombre que, según diplomáticos cercanos, no tiene pelos en la lengua y no tolera que lo desafíen. Como dice un ex diplomático, es como “Luis XIV”, un rey que pone su ego por encima de todo. Este enfoque se nota hasta en sus decisiones sobre Ucrania.
Por ejemplo, Trump no duda en criticar a Zelensky, el presidente de Ucrania, llamándolo corrupto sin pruebas, mientras que personas como Elon Musk incluso dicen cosas como que Zelensky es odiado por su propio pueblo. Pero lo que realmente está en juego es la presión que Trump está ejerciendo sobre Zelensky. Cree que presionándolo, se podría llegar a un acuerdo de paz mucho más rápido, aunque eso signifique ceder ante Rusia.
El plan de paz que Trump propone para Ucrania podría ser un nuevo giro en la historia global. Para muchos, una paz que favorezca a Rusia podría ser el precio por acabar con la guerra, aunque a los aliados de Ucrania no les haga ni pizca de gracia.
¿Y qué pasa si la situación sigue este curso? Muchos expertos coinciden en que si Trump sigue con su postura, 2025 podría ser recordado como un año clave, un momento en el que la historia mundial cambió por completo.
Pero ojo, esto no está dicho. Con las elecciones de medio término en 2026, el rumbo de EE.UU. podría dar un giro inesperado. Si Trump pierde poder en el Congreso, sus políticas podrían tambalear. Pero mientras tanto, el mundo está observando. Lo que pase en los próximos meses podría definir todo.