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En los últimos meses del año pasado, las condiciones de sequía se intensificaron en la mayor parte del territorio hidalguense, impactando significativamente el sector agrícola.
Según los datos desglosados por la Comisión Nacional de Agua (Conagua) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante el año anterior, un 90.5% de las áreas destinadas a la agricultura en el estado se vieron afectadas por la sequía, situando a la entidad como una de las más golpeadas por la escasez de precipitaciones.
El informe federal revela que solo un seis por ciento del total del área estatal fue afectado por inundaciones, lo que significa que la mayor parte del territorio agrícola enfrentó condiciones de sequía. Según el Inegi, el 93.7% del sistema de riego se basó en la gravedad, mientras que un 1.5% se utilizó para aspersión y el 7% para riego por goteo, mostrando una distribución desigual en las técnicas de riego.
La mayoría de las zonas de riego se ubican en los municipios del Valle del Mezquital y el Altiplano, las regiones más afectadas por la falta de lluvias y el estiaje. Estos lugares fueron particularmente golpeados por la sequía.
El año 2023 fue especialmente difícil para las áreas agrícolas, con pérdidas significativas en las unidades de producción agropecuaria debido a factores climáticos y biológicos, como sequías e inundaciones.
La crisis hídrica exacerbó las condiciones de pobreza en la región, lo que resultó en una mayor escasez de alimentos y una reducción en las cosechas.
