En un giro significativo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP) anunció este viernes la eliminación de los estímulos fiscales para las gasolinas a partir del sábado 11 de noviembre. Según la publicación semanal en el Diario Oficial de la Federación (DOF), tanto la gasolina magna como la gasolina premium experimentarán un recorte del 0 por ciento en el apoyo fiscal para el próximo periodo.
En detalle, el apoyo fiscal para la gasolina magna, con un octanaje menor a 91, se reduce drásticamente de un 10.83 por ciento la semana pasada a un cero por ciento. Esta medida resultará en que los automovilistas paguen una cuota completa de 5.91 pesos por litro de gasolina magna.
En el caso de la gasolina premium, la situación se mantiene igual, con un apoyo fiscal del 0 por ciento, lo que implica que los consumidores pagarán 4.99 pesos por litro, repitiendo la cifra de la semana anterior.
Por otro lado, el diésel también se ve afectado, aunque de manera menos drástica. El apoyo fiscal disminuye a un 25.25 por ciento, en comparación con el 41.32 por ciento de la semana previa. Con este ajuste, los consumidores sufragarán una cuota mínima de 4.86 pesos por litro de diésel.
El acuerdo, detallado en la publicación del DOF, tiene vigencia desde el 11 hasta el 17 de noviembre de 2023. La medida representa un cambio sustancial en el escenario de los combustibles, generando un impacto directo en los bolsillos de los automovilistas.
Impacto en el Consumo y Decisiones del Usuario
La eliminación de los estímulos fiscales a las gasolinas magna y premium podría tener repercusiones significativas en el comportamiento de los consumidores. El aumento de los costos del combustible podría incentivar a los usuarios a reconsiderar sus patrones de consumo y explorar alternativas más eficientes en términos de costo.
Además, esta medida plantea preguntas sobre la política energética y las decisiones gubernamentales que afectan directamente a la población. La eliminación de estímulos fiscales en un contexto de crecientes precios de los combustibles puede generar tensiones y descontento entre la ciudadanía, generando debates sobre la sostenibilidad y la equidad en las políticas energéticas del país.