En un operativo nocturno, el Instituto Nacional de Migración (INM) desalojó a migrantes que se encontraban en dos campamentos improvisados en las inmediaciones de la Central de Autobuses del Norte y en el camellón de la avenida Insurgentes, a la altura del Metro Potrero. Este desalojo llevó a cabo el traslado de los migrantes a los estados de Tabasco y Chiapas, generando momentos de angustia y desesperación entre las familias enteras, niños, mujeres y hombres que perdieron sus escasas pertenencias, dinero, medicamentos y documentos personales durante el proceso.

Al llegar las camionetas del INM, algunos migrantes huyeron temerosos de ser deportados a sus países de origen o devueltos a los estados del sur de México. La falta de información oficial sobre estos operativos ha generado incertidumbre sobre el destino final de los afectados. Según testimonios, en ambos campamentos se encontraban personas con el objetivo de llegar a la frontera norte y cruzar hacia Estados Unidos.
Vecinos y testigos relataron que, en la avenida Hospital Benito Juárez, las autoridades migratorias arribaron en la noche y destruyeron las casas de campaña y carpas donde los migrantes se resguardaban. A pesar de la justificación de las autoridades locales sobre las condiciones insalubres y las quejas de los vecinos, la situación dejó en evidencia la difícil realidad de los migrantes que buscan un mejor futuro.
En otra acción, la caravana de migrantes en Chiapas decidió suspender su caminata y descansar en el municipio de Mapastepec debido a que más de la mitad de sus integrantes se encuentran enfermos. La exposición a condiciones climáticas adversas, como el sol y la lluvia, ha provocado problemas de salud, incluyendo deshidratación, quemaduras en la piel, tos y gripa. Aproximadamente 800 personas de las 1,500 que componen la caravana presentan algún tipo de padecimiento.
Estos eventos resaltan la precaria situación de los migrantes en su tránsito por México y plantean interrogantes sobre la falta de medidas humanitarias y respuestas más compasivas por parte de las autoridades frente a esta crisis migratoria.