La desaceleración de la inflación en Estados Unidos, gracias al abaratamiento de los energéticos y la caída generalizada de los precios, generó un impulso positivo en los mercados financieros a nivel mundial. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., la inflación anual bajó a 3.2% en octubre desde el 3.7% en septiembre y agosto.
Este dato, ligeramente mejor de lo previsto por los analistas, ha generado un optimismo entre los inversionistas al ver disminuir la posibilidad de un aumento adicional de las tasas de interés. La vivienda continuó siendo un factor positivo, compensando la caída en los precios de la gasolina y manteniendo estable el índice general de precios en octubre.
El índice de energía disminuyó un 2.5% mensual debido a la reducción del precio de la gasolina, compensando los aumentos en otros índices energéticos. La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como alimentos y energía, se situó en un 4% anual, mejor de lo esperado, lo que refleja una disminución de la presión inflacionaria.
Aunque estos datos indican una disminución de la inflación en EE. UU., aún se encuentra por debajo del objetivo del 2%. Este será un punto clave que la Reserva Federal (Fed) seguirá de cerca antes de su reunión de política monetaria en diciembre.
El mercado interpreta la débil inflación como una señal de que es probable que la Fed mantenga las tasas de interés en su rango actual en diciembre o enero. Además, la probabilidad de un recorte de tasas en la reunión de marzo ha aumentado, pasando del 9.6% al 30%.
En este contexto, el peso mexicano registró ganancias frente al dólar, acumulando su tercera sesión al alza. La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) también cerró con ganancias, al igual que los índices Dow Jones, Nasdaq y S&P 500 en Estados Unidos. La debilidad del dólar y las señales de una inflación controlada han generado un ambiente positivo en los mercados financieros.