Una tormenta política se desató entre los senadores del PAN tras el acuerdo alcanzado por su dirigencia con el PRI y PRD para la asignación de candidatos a escaños. Los legisladores expresaron su descontento, argumentando que el tricolor aplastó al blanquiazul en estados donde era clara la primera minoría y había posibilidades de victoria.
El senador Damián Zepeda fue uno de los críticos más fuertes, calificando la actuación de su partido como una “torpeza política brutal” y expresando su preocupación por posibles consecuencias futuras. Según Zepeda, este acuerdo podría permitir al PRI actuar como el partido bisagra en el Senado en la próxima legislatura.
A pesar de las críticas internas, Julen Rementería, coordinador del PAN, defendió el acuerdo, señalando que se realizaron valoraciones adicionales después de la candidatura presidencial del Frente Amplio por México y que se buscó un equilibrio para alcanzar el objetivo superior de ganar la elección presidencial.
Sin embargo, Zepeda manifestó su temor de que Morena pueda impulsar sus reformas en el futuro gracias a esta negociación, señalando casos actuales en los que el partido guinda ha logrado aprobar iniciativas con el apoyo del PRI. El acuerdo actual otorga un número desigual de candidaturas a los partidos, generando tensiones internas en el PAN.
En medio de la controversia, Nadia Navarro abogó por una revisión y reestructuración del tema. El descontento interno se centra en la entrega de candidaturas en estados donde el PAN tenía posibilidades de ganar, pero cedió terreno al PRI en la negociación. El resultado final podría afectar la composición de la bancada panista en el Senado, advirtió Zepeda.