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En un cambio sin precedentes, legisladores mexicanos están considerando una reforma a la jornada laboral que se dividiría en dos fases: primero, una modificación a la Constitución y, posteriormente, ajustes a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para establecer reglas específicas para su implementación. Este enfoque busca abordar aspectos detallados, como la gradualidad y flexibilidad en la implementación de la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
El diputado Tereso Medina (PRI) destacó que se planea reformar el artículo 123 de la Constitución en relación con la jornada laboral, y luego se regulará en la LFT. Aunque la ruta exacta aún no está definida, se reconoce la necesidad de complementar la reforma con reglas que permitan una implementación gradual y flexible.
Margarita García García (PT), otra legisladora, expresó la importancia de discutir no solo si se aprueba o no la reforma, sino también cómo se aprueba y bajo qué consideraciones. Se enfatiza la importancia de escuchar las preocupaciones de los empresarios y garantizar que los trabajadores se beneficien sin perjudicar a los empleadores.
La diputada Susana Prieto Terrazas (Morena), autora de la iniciativa de las 40 horas, abogó por la aprobación de la reforma constitucional sin cambios en el dictamen aprobado en comisiones, lo que implicaría una implementación inmediata. No obstante, reconoció la necesidad de incorporar disposiciones en la LFT para garantizar el respeto a las nuevas normas laborales.
La propuesta actual busca establecer el derecho a dos días de descanso por cada cinco días de trabajo, efectivamente reduciendo la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Aunque la discusión inicial se centró en la aprobación de la reforma, ahora se orienta a construir un régimen transitorio para su implementación, y se espera que la votación se realice antes del 15 de diciembre.
Los legisladores subrayaron que la reducción de la jornada laboral, aunque afectará los costos asociados a la nómina de las empresas, se compensará con un aumento de la productividad. Se instó a ver esta reducción como una inversión en lugar de un costo, destacando que organismos internacionales han indicado que trabajar más horas no necesariamente se traduce en una mayor productividad. Además, se resaltó la importancia de programas de motivación y formación para mejorar la productividad y los salarios de los trabajadores. La iniciativa busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores al permitir una mejor conciliación entre la vida personal y laboral.
