Sergio Pérez vivió una batalla frenética en el Gran Premio de Abu Dabi, enfrentándose al cronómetro, una penalización y, sobre todo, a sí mismo. A pocas vueltas del final, una sanción de cinco segundos le arrebató el anhelado puesto en el podio, relegándolo al cuarto lugar. La respuesta del mexicano, abrumado por la rabia y la frustración, fue lanzar insultos a los comisarios a través de la radio, desatando un escándalo que lo llevó a ofrecer disculpas.
El castigo llegó cuando Pérez disputaba el tercer lugar con el británico George Russell de Mercedes. Un roce con Lando Norris de McLaren en la vuelta 47 fue el motivo de la penalización. A pesar de ello, Checo luchó contra el tiempo para recuperar la desventaja, superando a sus rivales y convirtiendo su Red Bull en un cohete desbocado. Charles Leclerc de Ferrari, que defendía el segundo puesto, recibió la orden de dejar pasar al mexicano, al reconocer que no representaba una amenaza para su posición.
A pesar de su espectacular remontada desde la novena posición hasta mezclarse con los líderes, Pérez no pudo asegurar un lugar en el podio en la última carrera de la temporada 2023. Su actuación terminó en medio de la polémica, la frustración y la reprimenda de las autoridades de la Fórmula Uno por su reacción ante la sanción.
El triunfo en Abu Dabi fue nuevamente para Max Verstappen de Red Bull, consolidando su dominio con la victoria número 19 de la temporada y su tercer título consecutivo. La escudería de la bebida energética cerró la temporada con 21 victorias en 22 carreras, destacando su autoridad en la categoría.
Pérez, penalizado por un contacto con Norris, expresó su incredulidad y furia por la radio del equipo, calificando a los comisarios como un “chiste”. Aunque enfrentó a los comisarios reclamando que había visto incidentes peores sin sanciones, su protesta no evitó la penalización. La Federación Internacional de Automovilismo le advirtió por el uso de lenguaje vulgar, llevándolo a ofrecer disculpas y explicar que sus comentarios fueron impulsivos y no consideró su difusión y consecuencias.
La temporada histórica para el automovilismo mexicano concluyó con Pérez como subcampeón, demostrando su pasión y enfrentándose a desafíos no solo en la pista, sino también fuera de ella.