En un hecho inusual, manifestantes tomaron control de Ciudad Administrativa y Ciudad Judicial, llevando a cabo agresiones contra empleados gubernamentales, ciudadanos y conductores que transitaban por la zona. Mobiliario de oficinas fue incendiado, y las carreteras bloqueadas como parte de las protestas.
La movilización, iniciada a las 10:00 horas, fue liderada por residentes de Teojomulco, en la Sierra Sur, quienes, armados con palos, piedras y machetes, tomaron las puertas de Ciudad Administrativa en Tlalixtac de Cabrera, así como Ciudad Judicial en Reyes Mantecón. Centenares de burócratas fueron retenidos y obligados a escapar, enfrentando riesgos al saltar bardas y rejas.
Durante el incidente, un policía que intentó resistir fue golpeado con palos. Dos mujeres también fueron agredidas de manera similar, resultando una de ellas con una herida en la cabeza.
Un conductor que intentó atravesar la zona bloqueada fue atacado, y su vehículo sufrió daños significativos por parte de los manifestantes. En un acto de respuesta, el automovilista atropelló a aproximadamente 10 personas, resultando él mismo golpeado y retenido. Afortunadamente, los heridos no presentaron lesiones graves y recibieron atención por medios propios.
Durante el caos, se registraron múltiples agresiones a ciudadanos que se dirigían a los edificios administrativos, con algunos de ellos siendo víctimas de saqueos a sus vehículos.
Posteriormente, otros residentes dañaron oficinas, sacaron muebles y los incendiaron en un estacionamiento junto con bolsas de basura provenientes de las mismas oficinas.
A pesar de la situación, el gobernador Salomón Jara declaró en conferencia matutina que no desplegaría a la policía, enfatizando la naturaleza no represiva de su gobierno. Sin embargo, se implementó un operativo de seguridad en el Centro de Convenciones, donde funcionarios tenían programado un evento público.