Horas antes de que se resolviera la incertidumbre legal en torno al liderazgo del Ejecutivo en Nuevo León, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su opinión sobre la destitución de un gobernador, considerando que no es democrático y sugiriendo que la oposición podría recurrir incluso a un golpe de Estado. A pesar de sus suspicacias, pidió mesura y respeto al proceso jurídico.
López Obrador compartió sus observaciones sobre la situación, destacando el inusual comportamiento de la Suprema Corte durante la resolución del caso. Aunque instó a esperar a que se resolviera la dualidad en el cargo, expresó sus dudas sobre la transparencia de la situación, comparándola con una “fiesta de disfraces” donde las máscaras se quitan lentamente.
El presidente enfatizó que no hay posibilidad de destituir a un gobernador a menos que se involucre en traición a la patria o delitos graves. A lo largo de su intervención, elogió su trabajo con el gobernador Samuel García y destacó los logros conjuntos, especialmente en la resolución del problema de desabasto de agua en Monterrey.
López Obrador también anunció su participación en la inauguración de una obra clave para garantizar el suministro de agua a la región, destacando el compromiso con la palabra empeñada. Ante la incertidumbre política, reconoció que las sesiones de la mesa de seguridad en la entidad se suspendieron temporalmente.
En relación con candidaturas en el movimiento, el presidente declinó expresar su postura sobre nuevas incorporaciones, pero elogió a Claudia Sheinbaum como una mujer honesta y preparada, evitando involucrarse en asuntos internos del partido.