A pesar de los esfuerzos, el proyecto de reducción de la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales enfrenta un obstáculo significativo en el Congreso. Con el país liderando la tabla de naciones de la OCDE donde se trabaja más horas, la propuesta de reforma constitucional tendría que esperar hasta principios de 2024 para ser discutida nuevamente.
La iniciativa, presentada por el partido Morena el año pasado, busca establecer un periodo de descanso de dos días por cada cinco de trabajo. A pesar de haber sido aprobada en la comisión de Puntos Constitucionales en abril, la resistencia de sectores empresariales y la oposición política ha ralentizado su avance.
Los empresarios expresaron preocupaciones sobre el impacto en las pequeñas y medianas empresas (Pymes), así como en sectores como la manufactura, agricultura, comercio y turismo. Argumentan que la reforma podría resultar en cierres de negocios y afectar gravemente la economía. Además, sostienen que se requeriría la contratación de 2.6 millones de trabajadores adicionales, con un impacto anual de 20,000 millones de dólares para las empresas.
A pesar de la resistencia, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Juan Robledo, afirmó que “hay voluntad, pero ya no hay tiempo para aprobar”. El debate se pospondrá hasta el próximo periodo legislativo en 2024.
México, con 2,226 horas anuales de trabajo, lidera la tabla de la OCDE como el país donde más se trabaja. La propuesta de reducción de la jornada laboral forma parte de los esfuerzos del presidente López Obrador por mejorar la calidad de vida de los mexicanos, aunque enfrenta desafíos significativos en su implementación.