La Cámara de Diputados ha dado luz verde al innovador modelo de financiamiento del IMSS-Bienestar. Esta medida implica la transferencia de recursos de los estados al fideicomiso del Fondo de Salud para el Bienestar, mediante convenios con la Federación. Se espera que esta reforma permita la centralización de recursos y fortalezca la infraestructura y el personal médico destinado a la atención de quienes carecen de seguridad social.
Con la aprobación de la reforma a la Ley de Coordinación Fiscal y la Ley General de Salud, se allana el camino hacia la prestación de servicios médicos universal y gratuita, según el partido Morena y sus aliados. La votación, con 207 votos a favor de Morena y aliados frente a 167 votos de la oposición en contra, refleja la división en la percepción de esta transformación.
El dictamen, enviado al Ejecutivo para su publicación, establece que los estados que no suscriban convenios de federalización deberán garantizar los servicios de salud con sus propios recursos e infraestructura. Se establece que las entidades que firmen los convenios podrán seguir recibiendo recursos, pero deberán transferirlos al Fondo de Salud para el Bienestar administrado por el IMSS-Bienestar.
Los diputados de Movimiento Ciudadano y del PRI cuestionaron la opacidad y devolución de recursos por parte del Instituto de Salud para el Bienestar el año pasado. Aunque la reforma busca una mayor eficiencia y coordinación en el sistema de salud, algunas voces expresaron preocupaciones sobre la rendición de cuentas y el impacto en la atención médica.
El priísta Jericó Abramo destacó que la reforma plantea un desafío para los estados al decidir entre suscribir el convenio y renunciar al dinero para mantener sus sistemas de salud, o asumir los costos con recursos propios y buscar financiamiento adicional para cubrir el servicio. El legislador Daniel Gutiérrez (Morena) subrayó que la reforma busca homologar criterios en la atención médica y garantizar los derechos laborales del personal médico en los artículos transitorios.