En un sorprendente giro, el icónico hogar del Manchester United, el Estadio Old Trafford, podría someterse a una transformación radical debido a su estado deteriorado. El recinto, cargado de una rica historia y numerosos momentos emblemáticos, plantea preocupaciones sobre su viabilidad a largo plazo, lo que ha impulsado consideraciones sobre la posibilidad de una demolición.
El interés clave detrás de esta medida radical proviene de Jim Ratcliffe, el director de INEOS, quien recientemente adquirió el 25% del club. Ante las condiciones deplorables del estadio, Ratcliffe se enfrenta a la monumental tarea de inyectar aproximadamente 380 millones de libras esterlinas para llevar a cabo una modernización integral del “Teatro de los Sueños”. Esta inversión se presenta como esencial para preservar la esencia histórica del estadio.
Los estudios arquitectónicos ya han comenzado dentro del club, y se rumorea que la Compañía Arquitectónica Populous, reconocida por su trabajo en el Tottenham Stadium, podría liderar el nuevo proyecto. Christopher Lee, director de la constructora, expresó su esperanza de que con la entrada del nuevo socio al equipo, la ejecución de la idea pueda realizarse sin demora. Subrayó la necesidad de realizar un minucioso análisis sobre las transformaciones necesarias en el estadio.
Old Trafford, un Pionero en la Transformación de Estadios
La modernidad ha llegado gradualmente a la Premier League, desafiando la tradición arraigada en los recintos deportivos. Aunque los clubes tienden a ser “tradicionales”, algunos han optado por la reestructuración.
El antiguo Wembley fue el primero en sucumbir a la modernización, compartiendo el destino que podría aguardar al hogar del Manchester United. En su lugar, surgió un nuevo inmueble que ahora alberga a la Selección de Inglaterra.
Similares transformaciones afectaron al Arsenal, que dejó atrás su emblemático Highbury para dar paso al Emirates Stadium. En 2006, se inauguró el nuevo estadio del Arsenal, marcando el fin de una era y el inicio de una nueva etapa.
El Tottenham también figuró entre los clubes que abandonaron sus antiguas instalaciones. White Hart Lane fue demolido para dar vida al nuevo hogar de los Spurs, situado en el mismo territorio que su predecesor.