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Este miércoles, concluyó una significativa reunión de dos horas y media en Palacio Nacional, liderada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y una delegación estadounidense. En un gesto de colaboración, se acordó la formación de un equipo conjunto destinado a abordar la compleja cuestión migratoria.
La canciller Alicia Bárcena, al término de la reunión, aclaró que EE. UU. no presentó demandas específicas, aunque confirmó la decisión de establecer este equipo conjunto para gestionar el conflicto migratorio.
Se abordaron diversos temas, incluida la relación económica bilateral y la prioritaria reapertura de los puentes fronterizos, con la siguiente reunión programada para enero de 2024.
Bárcena destacó la importancia de abordar las causas fundamentales de la migración y de encontrar soluciones para detener este fenómeno. Se hizo hincapié en frenar el tráfico de fentanilo hacia EE. UU.
La canciller aseguró que se han registrado reducciones en las cifras de migrantes y anticipó que los detalles específicos de los acuerdos se divulgarán mediante un comunicado conjunto más tarde en el día.
Antes de la reunión, el presidente López Obrador descartó la idea de que el objetivo principal fuera solicitar un endurecimiento de los controles migratorios en suelo mexicano.
Este encuentro se produce en un contexto de presiones por parte de EE. UU. sobre México para hacer frente al flujo migratorio que, según López Obrador, ha generado complicaciones en la frontera norte, afectando el transporte, especialmente en la Ciudad de Piedras Negras, Coahuila.
El mandatario subrayó la necesidad de llegar a un acuerdo, reconociendo la influencia que las elecciones estadounidenses pueden tener en el tema migratorio. Además, señaló que la migración se ha convertido en una “bandera política” para los legisladores republicanos y enfatizó la importancia de gestionar el conflicto para evitar problemas más graves.
