#GypsyRose, la joven afectada por síndrome ficticio impuesto por su madre, recupera su #Libertad tras cumplir siete años de condena.

Gypsy Rose Blanchard revela haberse sentido prisionera en el hogar materno, donde su madre la compelía a tejer mentiras ante amigos, familiares y miembros caritativos de la comunidad durante años.

Por esta razón, explicó en una entrevista realizada hace algunos años, optó por tomar la justicia en sus propias manos.

La mujer, ahora de 32 años, fue liberada bajo libertad condicional el pasado jueves, después de pasar siete años tras las rejas por planificar y llevar a cabo, junto a su novio Nicholas Godejohn, el asesinato de su madre.

El caso de Gypsy Rose, que ha inspirado documentales, series y escritos, captó la atención de los medios estadounidenses debido al abuso que la ahora exconvicta sufrió a manos de su progenitora.

Dee Dee Blanchard, madre de Gypsy Rose, padecía el síndrome ficticio por poderes, una condición psicológica en la que un cuidador induce a su víctima a creer que está enferma para obtener atención.

Durante años, Gypsy Rose fue llevada a diversos profesionales médicos para tratamientos de enfermedades que no padecía, como cáncer y distrofia muscular. Mientras esto sucedía, ambas recibían donaciones y apoyo de organizaciones benéficas.

El patrón de maltrato culminó en 2015 con el asesinato a puñaladas de Dee Dee a manos de Godejohn, quien actualmente tiene 34 años y cumple una condena de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

Gypsy Rose fue condenada a 10 años de prisión después de llegar a un acuerdo con la fiscalía.

Después de cumplir más del 70% de su condena, la joven abandonó el Chillicothe Correctional Center en Misuri.

En una reciente entrevista con la revista People, Gypsy Rose expresó: “Nadie me oirá jamás decir que me alegro de que esté muerta o que estoy orgullosa de lo que hice. Lo lamento todos los días”.

Durante su tiempo en prisión, ofreció varias entrevistas detallando el comportamiento abusivo de su madre y también escribió un libro de memorias que se publicará el próximo año.

Viviendo en una farsa Gypsy Rose creció entre consultorios médicos, a pesar de no estar realmente enferma.

A los 8 años, su madre la obligó a simular que padecía leucemia, distrofia muscular y deficiencias visuales, auditivas y convulsiones.

Se movía por el mundo en silla de ruedas, usaba oxígeno y, en ocasiones, era alimentada a través de un tubo nutricional.

Durante años, ambas recibieron ayuda de organizaciones sin fines de lucro, como Habitat for Humanity, que les construyó una casa en Springfield, Misuri, en 2008, después de que el huracán Katrina destruyera su hogar en Slidell, Luisiana.

Vivían de ayudas sociales del gobierno de EE. UU., que también cubría los gastos de las citas médicas de Gypsy Rose.

Recibían regalos, viajes y eran tratadas como celebridades en su comunidad. La joven llegó a dar discursos sobre sus enfermedades en eventos.

Para mantener sus mentiras, Dee Dee decía que los registros médicos de su hija se habían perdido durante el huracán Katrina y la hacía tomar medicamentos innecesarios, llegando incluso a raparle la cabeza.

Si un médico hacía demasiadas preguntas, cambiaban de especialista.

Gypsy Rose sostiene que sabía que algunas de las afecciones que su madre afirmaba que tenía no eran reales. Sin embargo, creía padecer cáncer, según reveló en una entrevista con la cadena estadounidense ABC en 2018.

“Le creí a mi madre cuando dijo que tenía leucemia”, comentó. “Porque me hacía tomar muchas medicinas, y mi madre decía que eran para el cáncer. Ella me rapaba la cabeza y comentaba: ‘se va a caer como quiera, así que es mejor mantenerlo limpio'”.

Gypsy Rose apenas tuvo educación primaria y su madre la mantenía alejada de otras personas.

Ni siquiera su padre biológico, Rod Blanchard, podía estar a solas con ella.

Con el tiempo, el abuso se volvió físico. La joven era golpeada y encadenada a su cama.

Fue entonces cuando comenzó a darse cuenta de que no estaba enferma, como repetía su progenitora, sino que vivía en lo que ella misma describió como “una cárcel”.

El asesinato y la condena Convertida en adulta, Gypsy Rose conoció a un joven a través de una aplicación de citas para cristianos, todo ello a escondidas de su madre, quien ejercía un control extremo sobre ella en ese momento.

El hombre era Godejohn, residente de Big Bend, Wisconsin.

Durante dos años, mantuvieron una relación a través de internet y decidieron encontrarse en persona en 2015. Planearon que Dee Dee conociera a Godejohn y aprobara la relación durante una visita al cine.

Sin embargo, esto no sucedió. La madre de Gypsy Rose se opuso, desencadenando la planificación del crimen.

Ese mismo año, durante una cita médica, Godejohn viajó a Misuri y esperó la señal de la joven para entrar a la casa cuando su madre estuviera dormida.

Gypsy Rose le proporcionó un cuchillo, cinta adhesiva y guantes. Mientras Godejohn asesinaba a su madre, Gypsy Rose aguardó en el baño. Tras el crimen, ambos huyeron, pero fueron detenidos días después en Wisconsin.

Durante el juicio contra su exnovio, Gypsy Rose admitió haberlo persuadido para cometer el crimen.

“Quería liberarme de su control sobre mí”, dijo. “Lo convencí”.

Ambos fueron condenados, aunque Gypsy Rose llegó a un acuerdo con las autoridades, declarándose culpable y reduciendo la acusación a asesinato en segundo grado.

“Las cosas no siempre son como parecen”, comentó el sheriff Jim Arnott en 2015 después del crimen. “Este es un evento trágico rodeado

Autor Itzel G. Bandala

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