En un evidente desafío humanitario, la Plaza Giordano Bruno y sus alrededores se encuentran abarrotados de personas procedentes principalmente de Haití, así como de Honduras, Guatemala, El Salvador y Cuba. Ya sea en familias, parejas o individuos, aguardan la oportunidad de cumplir su sueño de llegar a Estados Unidos. La falta de espacio en el albergue habilitado por la alcaldía Cuauhtémoc, sumada a la insuficiente atención por parte de las autoridades, ha llevado a que muchos pernocten en la plaza.
La situación se agrava con la escasez de lugares en el albergue y la falta de atención oficial, lo que ha obligado a algunos migrantes a pagar por servicios básicos, como dormir, bañarse o lavar la ropa en campamentos improvisados. Otros ocupan espacios a lo largo de las calles, incluso en condiciones no adecuadas, destacando la presencia de un considerable número de niños.
La Comisión de Participación Ciudadana de la colonia Juárez señala que alrededor de 100 casas de campaña se han instalado en la plaza, albergando de dos a tres personas cada una. La solicitud a la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social para realizar un recorrido y canalizar a los migrantes a un albergue no ha obtenido respuesta hasta la fecha.
A pesar de los llamados, la presencia de los migrantes ha generado tensiones, incluyendo la no renovación de contratos de arrendamiento, cierre o reducción de ventas en negocios locales y un aumento percibido de la inseguridad en la zona. El padre Ángel Saldívar, de la rectoría del Sagrado Corazón de Jesús, destaca la falta de voluntad política para abordar adecuadamente la situación y solicita una respuesta más efectiva de las autoridades locales y nacionales.
La problemática pone de manifiesto la necesidad urgente de una acción coordinada y humanitaria para atender las necesidades de los migrantes y abordar las implicaciones sociales y económicas que esta situación genera en la comunidad local.