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El presidente Joe Biden admite públicamente que Israel está perdiendo apoyo a nivel internacional y aboga por un cambio en su política respecto a un Estado palestino para lograr una paz sostenible. Esto surge tras la votación abrumadora en la Asamblea General de la ONU a favor de un alto el fuego en Gaza, donde Biden reconoció la creciente presión global sobre Israel.
Aunque el presidente estadounidense ofreció una crítica moderada hacia Israel, enfatizó que el compromiso de su gobierno con el país es inquebrantable. Este respaldo se manifestó cuando, pocas horas después de sus declaraciones, Estados Unidos votó en contra de la resolución de alto el fuego respaldada por la gran mayoría de la comunidad internacional en la ONU.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, argumentó que un alto el fuego en ese momento sería temporal y peligroso, tanto para israelíes como para palestinos. La votación reflejó el aislamiento de Washington en este conflicto, ya que más de tres cuartas partes de la Asamblea General respaldaron la resolución.
Netanyahu, el primer ministro israelí, agradeció el apoyo de Estados Unidos para contrarrestar la presión internacional y reveló en un video que recibió respaldo total para la incursión terrestre y bloquear esfuerzos internacionales para frenar la guerra. Además, descartó la opción de permitir que la Autoridad Nacional Palestina gobierne Gaza.
Biden instó a Netanyahu a cambiar su postura y fortalecer a la Autoridad Nacional Palestina, aunque no detalló cómo lograría este cambio en la política israelí. Aunque se reconoció la preocupación por la pérdida de respaldo internacional, Biden reiteró el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con Israel, descartando presiones públicas significativas sobre Tel Aviv.
Este episodio subraya las tensiones en la política exterior de Estados Unidos y resalta la creciente desconexión entre la postura internacional y la posición estadounidense en el conflicto Israel-Palestina.
