Una situación crítica se presenta en el lago de Cuitzeo, considerado el segundo más grande de México, donde, por primera vez en su historia reciente, al menos el 70% de su superficie está seca. Esta alarma ambiental revela el deterioro severo del embalse, con más de 4 mil kilómetros cuadrados de extensión. La parte oriental del lago, que solía mantener aproximadamente un metro de profundidad después de las lluvias, ahora también está completamente seca, según alertan los ambientalistas en la región colindante con Guanajuato.
La sequía persistente del año pasado dejó la zona occidental prácticamente sin agua, con solo pequeños charcos durante la temporada de lluvias. A principios de 2023, la zona oriental mantenía al menos 40 centímetros de profundidad, pero se secó gradualmente antes de diciembre. Esta situación genera preocupación, ya que, a diferencia de años anteriores, no se recuperó después del período de lluvias.
La autopista que conecta la caseta de Zinapécuaro con Cuitzeo permite a los automovilistas constatar la desoladora escena del lago, con pastizales y hierba acuática que han reemplazado el espejo de agua. Solo queda un pequeño porcentaje de agua en la parte correspondiente a los municipios de Zinapécuaro, Álvaro Obregón y Santa Ana Maya.
Gatulia Maycotte, líder de la organización Amigos del Lago de Cuitzeo, advierte que al menos diez poblados cercanos a Copándaro, Huandacareo y Chucándiro se verán afectados por tormentas de tierra después de febrero debido a estas condiciones. Además, pronostica un aumento en enfermedades gastrointestinales, respiratorias, dermatológicas y oculares, especialmente entre niños y adultos mayores.
Investigaciones de la UNAM y la UMSNH atribuyen la degradación del lago a factores como el cambio climático, la deforestación en áreas circundantes, la sobreexplotación del agua para la agricultura y el suministro de poblaciones, la proliferación de asentamientos humanos, la perforación de pozos y el mal uso de las compuertas de distribución.
El lago de Cuitzeo ha sido afectado desde 1929 por sus características geohidrológicas, pero las acciones humanas han acelerado significativamente su degradación, según los estudios. La emergencia ambiental requiere una atención inmediata para abordar las causas subyacentes de este desastre ecológico.