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La práctica de la iconoclasia, lejos de ser exclusiva de los grupos feministas, ha sido empleada a lo largo de varios períodos para expresar denuncias y demandas. Durante las marchas feministas, la iconoclasia se erige como una forma de protesta, donde las denuncias y exigencias son plasmadas en monumentos o edificios gubernamentales. Este método busca destacar las problemáticas que persisten sin atención por parte de las autoridades y la sociedad en general. Daniela Téllez, colaboradora del colectivo Di Ramona, subrayó la diferencia entre esta práctica y el vandalismo.
En los últimos años, el movimiento feminista se ha distinguido por adoptar la iconoclasia como una herramienta de manifestación. Según Téllez, esta práctica ha sido empleada desde hace mucho tiempo como respuesta a violaciones de derechos humanos. Es crucial comprender que la iconoclasia no se limita a las marchas del 8 de marzo, día que conmemora el Día Internacional de la Mujer.
En el siglo VIII, esta expresión se utilizaba para destruir esculturas e imágenes religiosas. Con el tiempo, estas acciones evolucionaron para expresar rechazo político o intereses colectivos. La entrevistada destaca que este movimiento “no solo busca destruir o rayar”, desvinculándose así del vandalismo. Su propósito es visibilizar actos como desapariciones, feminicidios, violencia obstétrica y vicaria, o cualquier violación a los derechos sexuales y reproductivos de niñas, adolescentes y mujeres en el Estado y el país, incluyendo el acceso al aborto libre y seguro.
Ante la interrogante de por qué las mujeres rompen y queman durante las manifestaciones, Téllez invita a la sociedad a acercarse a los colectivos al final de las marchas para conocer las historias de las mujeres que participan en el movimiento. Estas mujeres a menudo utilizan estos espacios como lienzos ante la falta de atención gubernamental, considerándolo como un último recurso para exigir justicia.
En la ciudad de Pachuca, el Reloj Monumental ha sido uno de los principales lugares utilizados para expresar estas denuncias. Actualmente, su base y cada una de sus caras llevan frases relacionadas con la violencia contra la mujer. Según la entrevistada, fue a partir de la marcha y pinta del 2020 que la población empezó a mostrar un mayor interés en temas relacionados con la perspectiva de género.
Desde esa fecha, se inició la creación de más colectivos en la zona metropolitana de Pachuca, y la participación en las marchas de los años subsiguientes y los tendederos de denuncia aumentó debido a la creciente empatía de la población y a su mayor nivel de información.
