Desestabilización Familiar Atribuida a #IdeologiaDeGenero Dice Arzobispo de #Tulancingo.

En la inauguración del Año de la Familia, el Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, Monseñor Domingo Díaz Martínez, subrayó la necesidad de revitalizar los valores y tradiciones familiares.

Con un enfoque contundente en el ámbito político y social, el arzobispo expresó su preocupación por las corrientes ideológicas, identificadas como “socialistas y marxistas”, que, según él, han desestabilizado los cimientos de las familias. Haciendo referencia a experiencias en naciones como Rusia y Cuba, el líder religioso argumentó que estas ideologías tuvieron un impacto negativo en los modelos familiares de dichos países en el pasado.

“La familia es atacada desde diversos frentes, ya sea desde la esfera política o cultural; actualmente, es la ideología de género, antes eran las ideologías socialistas y marxistas. ¿Qué lograron ellas? Descomponer la familia. ¿Qué sucedió en Rusia? ¿Qué sucedió en Cuba? Descomposición familiar, porque reconocen que ahí reside la clave”, afirmó.

Durante la apertura del Año por la Familia de la Arquidiócesis de Tulancingo, llevada a cabo en el Seminario Mayor de la ciudad, el clérigo insistió en la importancia de reintegrar, desde la perspectiva católica, los valores familiares como si fueran un cultivo descuidado. Hizo hincapié en la pérdida del respeto hacia las autoridades, las cuales, según él, están siendo criticadas de manera inusual.

“Hoy las descalifican como nunca antes, las tildan de vándalos (a las autoridades), hay una crítica muy fuerte y les dicen hasta lo que no”

Dio énfasis al valor de la obediencia, argumentando que se ha debilitado debido a las enseñanzas escolares: “¿Qué les enseñan a los niños en las escuelas? Les dicen ‘tienen derechos’, incitándolos a desobedecer a sus padres, socavando la autoridad de los padres. Aprendemos rápidamente a ser desobedientes, pero eso carece de valor”.

En ese contexto, el arzobispo resaltó la necesidad de enseñar a “contribuir” y “trabajar”, criticando a los políticos por fomentar una cultura de recibir sin dar. “¿Cuándo enseñaremos a los niños o jóvenes a dar? Nosotros debemos enseñar a dar. Debemos enseñar a trabajar, ya que hay quienes ni trabajan ni estudian y siguen recibiendo todo. San Pablo dice que aquel que no quiera trabajar, tampoco debe comer”, enfatizó en su homilía.

En última instancia, llamó a revitalizar las iniciativas de la Pastoral Familiar en las diversas localidades, señalando a la familia como el “corazón de las parroquias”. Esto lo hizo después de argumentar que “la familia se está empobreciendo y, por ende, también las parroquias. La sociedad se está empobreciendo no solo materialmente, sino también espiritual, moral, social y cultural. A México le falta bondad”.

Autor Itzel G. Bandala

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