Las fortunas de los multimillonarios en México se nutren principalmente de las concesiones de bienes públicos en lugar de los contratos gubernamentales. Esta vía de ingresos, junto con las altas barreras para la entrada de nuevos competidores en el sistema financiero y un pacto fiscal que permite la concentración de riqueza, resulta en un control económico y político en manos de unas pocas personas, según Carlos Brown Solà, director de Conocimiento y Justicia Fiscal de Oxfam México.
Brown Solà destaca que las concesiones son una fuente constante y lucrativa de ingresos para los magnates, complementándose con los contratos públicos que refuerzan la relación entre el poder económico y político. Empresas propiedad de magnates como Carlos Slim, Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego continúan liderando en obras públicas, y aunque generan ingresos significativos a sus fortunas, los contratos gubernamentales palidecen en comparación con las ganancias de las concesiones.
Las barreras de entrada al mercado de obras públicas se basan en un sistema financiero con costos y obstáculos financieros que dificultan la participación y el surgimiento de nuevas empresas. La concentración extrema de riqueza en unas pocas personas, algunas de las cuales tienen bancos o participación en ellos, les otorga ventajas en la participación en obras públicas, ya que el acceso al financiamiento no está al alcance de todos.
Carlos Brown Solà también destaca que la falta de equidad en México se basa en la transferencia de riqueza del Estado a un pequeño grupo de magnates y señala que las reformas fiscales anteriores no son adecuadas para abordar esta situación. El sistema fiscal actual es insuficiente para gravar las grandes fortunas del país y presenta lagunas que permiten a los grandes contribuyentes evadir impuestos.
Esta situación refleja un desafío importante en la lucha contra la desigualdad y la concentración de riqueza en México.