Yucatán se ha convertido en un imán para la inversión industrial, con más de 350 proyectos en marcha, incluyendo instalaciones de empresas transnacionales, lo que representa una inversión total de más de 150,000 millones de pesos. Esta situación marca un hito histórico para el estado, que se posiciona como un destino cada vez más atractivo para empresas nacionales y extranjeras, en medio de un período de reconfiguración de las cadenas de suministro conocido como “nearshoring”.
Pablo Acosta, director de Storas, un proyecto inmobiliario industrial en Yucatán, señala que la entidad está emergiendo como un importante polo industrial en el sur de México. Según datos del Inegi, Yucatán ha captado el 8% de la inversión por nearshoring en México, colocándose como el tercer estado con mayor recepción de recursos.
El Tren Maya ha sido un factor crucial en este proceso, según Edoardo Triay, director de Grupo Libera, desarrollador de Storas. Triay destaca que sin esta infraestructura no habría sido posible para Yucatán competir en el desarrollo industrial para el nearshoring. La inversión en infraestructura, incluyendo el Puerto Progreso y el Corredor Transístmico, ha creado un entorno propicio para la llegada de empresas.
Una de las ventajas competitivas clave de Yucatán es su suministro de energía eléctrica. La capacidad instalada actualmente es suficiente para satisfacer el 95% de la demanda eléctrica, y se espera que aumente significativamente con la finalización de dos centrales de ciclo combinado. Este aumento en la capacidad energética abre nuevas oportunidades de crecimiento para el sector industrial.
Además, el costo de la tierra industrial en Yucatán es considerablemente más bajo que en otras regiones del país. Por ejemplo, el precio promedio por metro cuadrado en algunas zonas es de solo 1,200 pesos, en comparación con los 20,000 pesos en Santa Catarina o el Bajío.
Storas, con 120 hectáreas de tierra disponible, está experimentando una alta demanda, con el 70% de los interesados provenientes del extranjero, especialmente de países como China, España y Estados Unidos. La combinación del nearshoring y el atractivo generado por el Tren Maya ha posicionado a Yucatán como un destino industrial de primera categoría en México.