El presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó que la elección del 2 de junio se perfila como un enfrentamiento entre dos visiones de país: continuar con la transformación o permitir el retorno de la corrupción. En una conferencia matutina en Palacio Nacional, expresó su confianza en la continuidad del movimiento que lidera, afirmando que lo nuevo está en camino mientras que lo viejo se convierte en una anécdota en la historia política mexicana.
A pesar de reconocer la existencia de un sofisticado aparato de campañas negras financiado con grandes sumas de dinero por parte de sus opositores, el presidente aseguró que su proyecto tiene la victoria asegurada. Criticó duramente las tácticas de difamación empleadas por la oposición, señalando que incluso se llegó a difundir el mensaje de que él estaba vinculado al narcotráfico, una acusación que rechazó enfáticamente.
López Obrador destacó la importancia de las próximas elecciones para la aprobación de las reformas constitucionales que ha propuesto, argumentando que el resultado del proceso electoral determinará el rumbo del país. Invitó a los ciudadanos a reflexionar sobre si desean continuar con el proceso de transformación iniciado por su gobierno o si prefieren retornar al pasado de corrupción y complicidad con intereses poderosos.
Además, el presidente respondió a críticas de personajes como Jorge Castañeda, recordando el pasado rebelde del ex canciller y señalando su transformación hacia posturas conservadoras. Criticó duramente la actuación de Castañeda en el incidente diplomático con Fidel Castro durante la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo en 2002, describiendo el episodio como un acto de menosprecio hacia el líder cubano y la política exterior mexicana.