El cacao enfrenta su peor momento en décadas debido a la crisis climática que azota a Costa de Marfil y Ghana, dos de los principales productores mundiales. Esta situación ha desencadenado un fenómeno devastador conocido como el “mal de la vaina negra”, lo que ha llevado a una alarmante disminución en la producción de cacao.
El impacto de esta crisis se refleja en el encarecimiento del chocolate a nivel internacional, alcanzando precios históricos que superan con creces los registrados en décadas pasadas. En consecuencia, el precio del chocolate ha experimentado un aumento constante desde 2020, manteniéndose por encima de la inflación general.
Los futuros del cacao muestran una tendencia alcista, llegando a niveles nunca antes vistos en los mercados de derivados de Estados Unidos, superando los 8 mil 800 dólares por tonelada. Este incremento ha llevado a un encarecimiento significativo del chocolate y los productos de confitería, así como del chocolate líquido para preparar bebidas.
En los últimos 12 meses, los futuros del cacao han registrado un aumento del 207.98%, alcanzando su nivel más alto en 46 años. A pesar de estas alzas, los expertos advierten que la subida de precios aún no ha alcanzado su punto máximo, lo que augura más dificultades para la industria chocolatera.
La situación se agrava con los movimientos volátiles en los precios internacionales del azúcar, que han experimentado un importante aumento desde 2020 debido a condiciones meteorológicas adversas en importantes países productores como India y Tailandia. Estos factores han contribuido a un aumento generalizado de los precios mundiales del azúcar, impactando aún más la industria chocolatera.
En México, la inflación del azúcar ha sido especialmente pronunciada, con un aumento del 35.86% anual en la primera quincena de marzo. Esta situación representa un desafío adicional para los consumidores mexicanos, quienes se enfrentan a precios cada vez más altos en productos derivados del cacao y el azúcar.