Después de más de tres años de distanciamiento, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió nuevamente con líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para abordar una agenda suspendida desde diciembre de 2020. Entre las demandas del magisterio se encuentran la cancelación definitiva de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, la reinstalación de 171 maestros cesados y poner fin al régimen laboral especial del magisterio.
A pesar de que la reunión transcurrió en un ambiente cordial, hubo señalamientos mutuos entre ambas partes. Se acordó trabajar durante dos semanas en la revisión de la agenda presentada por la CNTE, con miras a una nueva reunión programada para el 15 de abril. Sin embargo, los líderes sindicales dejaron en claro que mantendrán el paro nacional de 24 horas previsto para esa fecha.
El presidente López Obrador reconoció durante la reunión que ya no hay tiempo para derogar la reforma educativa anterior, a pesar de su promesa de campaña. Este reconocimiento generó descontento entre los maestros, quienes recalcaron al término del encuentro la necesidad de seguir luchando por sus demandas.
Se estableció una ruta de trabajo que incluye reuniones con funcionarios de diversas dependencias, con el objetivo de abordar temas pendientes y posibles avances en la agenda sindical. Aunque persisten diferencias entre las partes, se espera que estas reuniones permitan avanzar en la resolución de los conflictos.
La CNTE expresó su rechazo a la interlocución privilegiada del gobierno con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), señalando la necesidad de democratizar totalmente la representación magisterial. Además, reiteraron su postura de distancia de la derecha política y recalcaron su compromiso con la defensa de los derechos laborales del magisterio.
Entre las principales demandas de la CNTE se encuentran la reinstalación de los maestros cesados por su activismo, la abrogación de la Ley del ISSSTE, la federalización de la nómina magisterial y el cese de la represión hacia las organizaciones sociales y las normales públicas. A pesar de los desafíos, los maestros reafirman su compromiso con la lucha por una educación pública de calidad y el respeto a sus derechos laborales.