Israel celebró su defensa impenetrable ante un ataque sin precedentes mientras Irán alardeaba de su ofensiva exitosa, en un enfrentamiento que ha dejado al mundo en vilo y ha desatado un nuevo capítulo de tensiones en la región.
Las fuerzas israelíes, respaldadas por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Jordania, lograron interceptar el 99% de los más de 300 proyectiles lanzados por Irán, incluyendo drones, misiles de crucero y balísticos. A pesar de algunos impactos menores, el país se mantuvo indemne ante la agresión.
Por su parte, Irán aseguró haber comunicado a Estados Unidos, así como a sus vecinos regionales, su decisión de responder a la agresión israelí con 72 horas de antelación. Según el canciller iraní, la operación tenía un carácter limitado y defensivo, aunque Israel y sus aliados temen una escalada mayor.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, advirtió que cualquier acción imprudente de Israel será recibida con una respuesta más contundente. Mientras tanto, las autoridades israelíes consideran la posibilidad de construir una coalición regional para hacer frente a la amenaza iraní.
En el terreno diplomático, Israel busca determinar su próximo paso mientras evalúa todas las opciones. Mientras tanto, la población israelí, conmocionada por el ataque, espera que la situación no escale hacia un conflicto mayor.
Por otro lado, en Irán, la población oscila entre el temor a una escalada y el orgullo por las capacidades militares del país. Mientras algunos expresan su preocupación por las consecuencias de un conflicto prolongado, otros celebran el accionar de sus fuerzas armadas.
En medio de este tenso enfrentamiento, el ejército israelí llevó a cabo nuevos bombardeos contra objetivos en el sur de Líbano, intensificando aún más las tensiones en la región.
El mundo observa con preocupación y espera que ambas naciones encuentren una salida diplomática a esta crisis que amenaza con desestabilizar aún más Oriente Medio.