El lago de Pátzcuaro enfrenta un grave declive que podría ser irreversible, según advierten comuneros de la región. Maximino Constantino Calvario, consejero comunal de Jarácuaro, describe una situación preocupante: una parte del lago apenas alcanza un metro de profundidad y está cubierta principalmente por lodo y vegetación.
Esta problemática afecta especialmente a la franja limítrofe con Pátzcuaro, así como los municipios de Erogarícuaro y Tzintzuntzan, donde al menos el 40 por ciento del cuerpo de agua está severamente dañado. Aunque aún existen sectores con mayor profundidad en la región de Quiroga, no se descarta que también sean afectados por la sequía.
Los comuneros recuerdan intervenciones pasadas, como la construcción de terraplenes en la década de los 80 para conectar Jarácuaro a la carretera ribereña, que no han sido efectivas. Desde entonces, se han perdido 450 hectáreas de lago debido a la agricultura y la ganadería en áreas que antes estaban sumergidas.
El cambio climático y la intervención humana son señalados como las principales causas de la disminución del nivel del lago, según Armando Bartolo de Jesús, otro consejero comunal. Esta situación afecta no solo a la pesca y la navegación, sino también a la vida cotidiana de los habitantes de la región.
Aunque algunos mantienen la esperanza de que el lago se recupere, basándose en ciclos naturales que ocurren cada varias décadas, la realidad actual plantea un desafío urgente para preservar este importante cuerpo de agua y su ecosistema.