La estabilidad crediticia de México, actualmente calificada como BBB- con una perspectiva estable, solo se verá amenazada si el país experimenta un deterioro continuo en su déficit fiscal, lo que resultaría en un aumento significativo de su deuda pública, según advirtió Carlos Morales, director de calificaciones soberanas de América Latina en Fitch Ratings.
Morales enfatizó que lo que realmente podría influir en la calificación crediticia de México, más allá del apoyo financiero a Pemex, es el panorama general del balance fiscal del país. El incumplimiento en el respaldo a Pemex o las presiones derivadas de los programas sociales y los pagos de pensiones serían señales de un estrés financiero considerable, lo que podría llevar a una rebaja en la calificación crediticia.
En ese sentido, Morales señaló que la situación de Pemex sigue siendo un factor de riesgo, pero ahora la calificación de la petrolera está más vinculada a la calificación soberana. Es decir, la pregunta clave es si el gobierno podrá mantener su apoyo a Pemex, lo que reflejaría su salud financiera general.
Durante una conferencia sobre la exposición al sector público y su impacto en la solidez de la banca mexicana, diversos especialistas de Fitch Ratings destacaron los desafíos fiscales que enfrenta México. Shelly Shetty, directora general de calificaciones soberanas en Fitch, resaltó el desafío del déficit fiscal y las presiones de gasto en el país.
Por su parte, Adriana Eraso, directora de corporativo Latinoamericano de Fitch Ratings, señaló que la mejora en la gobernanza de Pemex es crucial para su viabilidad. Destacó que la participación público-privada puede mejorar la eficiencia y reducir los costos de capital, aunque reconoció que los beneficios pueden no ser inmediatos.
Eraso también advirtió sobre el desafío de liquidez que enfrenta Pemex, con grandes pagos por amortizaciones y deudas con proveedores. Esta situación, según la experta, genera preocupaciones entre los proveedores y agrega presión a la ya complicada situación financiera de la petrolera.
En resumen, el riesgo fiscal y el manejo de la deuda pública son los principales factores que podrían afectar la calificación crediticia de México, más allá del apoyo a Pemex. La estabilidad financiera del país depende en gran medida de su capacidad para mantener un equilibrio en sus cuentas públicas y responder a los desafíos económicos de manera efectiva.