El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su preocupación por el aparente cambio de ideología en la Ciudad de México, describiéndola como más conservadora de lo que solía ser. Atribuyó esta transformación a diversos factores, incluyendo la influencia de los medios de comunicación, sectores de la clase media aspiracionistas y conservadores, así como la presencia de lo que él llama “fifís”.
López Obrador destacó que la capital solía ser un bastión progresista y vanguardista, siendo incluso la cuna de los programas sociales que ahora se implementan a nivel nacional. Sin embargo, lamentó que durante el periodo neoliberal, la ciudad se volvió más conservadora, influida por el afán privatizador y la manipulación mediática.
El presidente mostró datos de una encuesta que revelan que su aprobación en la Ciudad de México es del 63%, ocupando el penúltimo lugar a nivel nacional. Explicó que este fenómeno se debe a un bombardeo mediático constante y al dominio de la narrativa neoliberal en la ciudad.
Además, señaló que la concentración de clase media en la capital ha contribuido a esta percepción conservadora, con algunos sectores de la población adoptando posturas más tradicionales y aspiracionales. Asimismo, criticó la presencia de lo que denominó como “fifís”, refiriéndose a ciertos grupos sociales y empresariales a los que considera privilegiados y distantes de las necesidades del pueblo.
A pesar de estas críticas, López Obrador rechazó la idea de que el pueblo mexicano sea indolente o flojo, destacando su trabajo duro y la contribución significativa de los migrantes a través de las remesas. Además, compartió que se reunió con Jesús Martín del Campo, reconocido luchador social y exdirigente del movimiento estudiantil de 1968, aunque no proporcionó detalles sobre la conversación.