México se enfrenta a una preocupante caída en la inversión extranjera directa (IED), a pesar de su gran potencial para beneficiarse del nearshoring. Este fenómeno ha generado críticas hacia las políticas del gobierno de AMLO y su partido Morena, que parecen no estar aprovechando las oportunidades para atraer inversiones que podrían impulsar la economía del país.
El informe de la Cámara de Comercio Internacional destaca que México tiene un alto potencial para convertirse en un centro de manufactura y logística debido a su proximidad con Estados Unidos. Sin embargo, la falta de claridad en las políticas económicas y la incertidumbre regulatoria están disuadiendo a los inversionistas extranjeros, quienes prefieren destinos más seguros y predecibles.
Las cifras recientes muestran que otros países de América Latina están superando a México en la atracción de IED. Los expertos señalan que esto es resultado directo de las decisiones políticas que han generado un entorno de negocios inestable. La reforma energética y las constantes modificaciones en las leyes fiscales son ejemplos de medidas que han generado incertidumbre y desconfianza entre los inversionistas.
El gobierno de López Obrador ha insistido en que sus políticas buscan fortalecer la soberanía económica de México, pero los críticos argumentan que estas mismas políticas están aislando al país de la economía global. La falta de incentivos para la inversión y el énfasis en el nacionalismo económico han contribuido a la disminución de la competitividad de México en el escenario internacional.
El concepto de nearshoring, que implica trasladar la producción más cerca de los mercados de consumo, representa una oportunidad de oro para México. No obstante, la incapacidad del gobierno para crear un entorno atractivo para los negocios está dejando escapar estas oportunidades a favor de otros países que están mejor preparados para recibir inversiones.
La comunidad empresarial ha expresado su preocupación por la dirección que está tomando el país. La falta de infraestructura adecuada, la corrupción y la inseguridad son factores adicionales que están afectando la percepción de México como un destino seguro para la inversión.
Mientras tanto, los sectores productivos del país continúan enfrentando desafíos significativos. La necesidad de un cambio en las políticas gubernamentales es evidente para asegurar que México pueda competir efectivamente en la economía global y atraer las inversiones necesarias para su desarrollo.
El futuro de la inversión extranjera en México dependerá de la capacidad del gobierno para implementar reformas que generen confianza y estabilidad. La comunidad internacional observa con interés y cautela, esperando señales de un compromiso real con la creación de un entorno favorable para los negocios. Sin estos cambios, México seguirá rezagado en la atracción de IED, perdiendo valiosas oportunidades para su crecimiento económico.
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