En abril, las familias mexicanas experimentaron una disminución del 4.1% en las remesas recibidas en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta reducción, reportada por BBVA México, se atribuye a la apreciación del peso frente al dólar y los niveles de inflación. Aunque el flujo de remesas alcanzó 5,422 millones de dólares, con un incremento del 8.3% en términos nominales, el valor real de las remesas se vio afectado negativamente.
BBVA destacó que la remesa promedio aumentó un 5.5% anual, situándose en 403 dólares. Sin embargo, el impacto de la inflación y el tipo de cambio redujo el beneficio real para los hogares. En marzo, las remesas también habían caído un 3.4%, rompiendo una racha de 46 meses de crecimiento continuo desde mayo de 2020.
El análisis de BBVA señala que, aunque el empleo entre la población hispana en Estados Unidos se ha recuperado significativamente tras la pandemia, superando en un 10% los niveles previos, el empleo entre la población no latina se ha estancado. Esto es relevante considerando que Estados Unidos es el principal origen de las remesas enviadas a México.
La reducción en el valor real de las remesas pone de manifiesto los desafíos económicos que enfrentan las familias mexicanas dependientes de estos recursos, y subraya la importancia de factores macroeconómicos como la inflación y las tasas de cambio en la economía doméstica.