La Presa Villa Victoria, crucial para el Sistema Cutzamala, enfrenta una grave sequía con solo un 22% de su capacidad, afectando a comunidades locales como la de doña Josefina Núñez Domínguez, que lucha por el acceso al agua. La sequía, exacerbada desde 2019, ha reducido significativamente el nivel del embalse. Hugo Plata Tinoco, gerente de la cuenca, espera que las lluvias recientes estabilicen la situación, pero se proyecta que la recuperación total podría tardar hasta cuatro años. Las comunidades locales, incluyendo pescadores y prestadores de servicios turísticos, han sido severamente afectadas.
Para enfrentar este desafío, es fundamental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente detengan la tala ilegal y el cambio de uso de suelo, que han contribuido a la pérdida del 60% de los bosques en la cuenca. Esto, a su vez, afecta la cantidad de agua que llega a la presa.
Además, la Comisión Nacional del Agua debe regular los jagüeyes o bordos construidos en las inmediaciones de la presa, los cuales se utilizan para el riego de cultivos y retienen el agua que debería fluir hacia el embalse. También es crucial abordar las denuncias de que avionetas lanzan químicos para evitar lluvias, afectando aún más la disponibilidad de agua en la región.
En conclusión, se necesita una respuesta integral que incluya reforestación, regulación de usos de agua y medidas contra la interferencia climática para asegurar la sostenibilidad del agua en Villa Victoria y sus alrededores.