Informes recientes revelan que al menos dos cárteles en México, incluido el CJNG, han obtenido misiles antitanque Javelin. Las autoridades decomisaron estos misiles a una célula del CJNG en lugares no revelados. ‘El Flaco’, un sicario del CJNG, mencionó que entrena a miembros del cártel en el uso de estos sofisticados dispositivos. En 2022, un Javelin fue presuntamente utilizado para derribar un helicóptero en Aguascalientes. Mientras que autoridades estadounidenses niegan la veracidad de estas declaraciones, la creciente sofisticación del armamento en manos de los cárteles es innegable.
Las investigaciones sugieren que los cárteles están buscando mejorar su arsenal para enfrentar de manera más efectiva a las fuerzas de seguridad. Estos misiles, originalmente destinados para uso militar, representan una escalada significativa en el conflicto armado dentro del país.
Las autoridades mexicanas han expresado su preocupación por la capacidad de los cárteles para adquirir armamento avanzado, señalando la necesidad de fortalecer las medidas de control y seguridad en la región. La infiltración de estas armas en el territorio mexicano pone en riesgo no solo a las fuerzas del orden, sino también a la población civil.
La respuesta del gobierno ha sido reforzar la cooperación con agencias internacionales para rastrear y detener el flujo de armas hacia los grupos criminales. A pesar de estos esfuerzos, la presencia de misiles antitanque en manos de cárteles indica un desafío creciente para la seguridad nacional.
El uso de misiles Javelin por parte de los cárteles no solo demuestra su capacidad financiera, sino también su intención de intimidar y superar a las autoridades mexicanas. Este tipo de armamento podría cambiar la dinámica de los enfrentamientos, incrementando el peligro y la violencia en la región.