La economía de Estados Unidos sorprendió al acelerar su crecimiento en el segundo trimestre, con un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2.4 por ciento, superando las expectativas iniciales. El gasto de los consumidores fue un factor clave en este impulso, ya que experimentó un sólido aumento del 1.6 por ciento, superando las previsiones.
El Departamento de Comercio informó que el PIB aumentó a una tasa anualizada del 2.4 por ciento, tras registrar un ritmo del 2 por ciento en el trimestre anterior. Este incremento fue impulsado por la resiliencia tanto de los consumidores como de las empresas, quienes demostraron fortaleza frente a las altas tasas de interés.
El gasto de los consumidores fue uno de los elementos clave en este avance económico, creciendo a un ritmo del 1.6 por ciento, superando las expectativas y recuperándose tras un comienzo de año más lento.
La inflación subyacente, medida preferida de la Reserva Federal, también mostró un crecimiento más lento de lo esperado, aumentando al 3.8 por ciento, lo que podría aliviar las preocupaciones sobre el repunte inflacionario.
Los analistas destacan que la economía estadounidense se encuentra en una mejor situación de lo que se preveía hace algunos meses. El mercado laboral se mantiene sólido, el gasto de los consumidores es firme y ahora con una inflación más baja, las esperanzas de evitar una recesión se fortalecen.
A pesar de las buenas noticias, aún persisten ciertos vientos en contra, como las altas tasas de interés que se mantienen en niveles máximos desde hace más de dos décadas, y las tensiones en el mercado de bienes raíces.
El crecimiento económico de Estados Unidos está en una trayectoria sorprendente y la Fed ya no pronostica una recesión, según afirmó el presidente Jerome Powell tras el último aumento de las tasas de interés.
La fortaleza continua del mercado laboral sigue siendo un factor clave de apoyo para la economía, con una disminución en las solicitudes de beneficios por desempleo a su nivel más bajo desde febrero.
Los datos del PIB también revelaron que el gasto en servicios, como vivienda, servicios públicos, atención médica y servicios financieros, aumentó a una tasa del 2.1 por ciento. Por otro lado, el gasto en bienes experimentó un aumento del 0.7 por ciento después de registrar un importante aumento en el trimestre anterior.
El panorama general muestra una economía estadounidense resiliente y con signos positivos de crecimiento, respaldada por el gasto de los consumidores y la inversión empresarial en infraestructuras y tecnología.