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Destrucción, saqueos y un deseo insaciable de revancha. Un exreservista de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha lanzado una bomba en una entrevista, destapando un comportamiento extremadamente cuestionable por parte de las tropas israelíes en Gaza y señalando serias fallas en la disciplina de mando.
Yuval Green, un exparacaidista de 26 años, es uno de los pocos soldados que han servido en el conflicto entre Israel y Hamas y que ahora están alzando la voz contra la manera en que se está llevando a cabo. Green, quien antes de la ofensiva del 7 de octubre planeaba abandonar el ejército debido a su descontento con las acciones en la Ribera Occidental, decidió unirse a la guerra tras el ataque de Hamas, pero se encontró atrapado en una situación que no pudo apoyar.
Más de 200,000 personas desplazadas en Gaza en la última semana debido a las órdenes de evacuación de Israel. La ofensiva israelí comenzó el 7 de octubre después de un ataque de Hamas que resultó en la muerte de al menos 1,200 israelíes y la captura de más de 250 personas. Según el Ministerio de Salud de Gaza, la respuesta militar israelí ha causado la muerte de cerca de 40,000 palestinos y ha herido a más de 90,000. La ONU estima que casi 2 millones de personas, casi toda la población de Gaza, se han visto desplazadas.
Green, quien desempeñó funciones como médico en su unidad, explicó que, antes del ataque del 7 de octubre, había decidido dejar el ejército. Sin embargo, tras el ataque, se sintió obligado a participar. “Cuando llegó el 7 de octubre, me resultó difícil decirles en ese momento que no estaba dispuesto a ir con ellos”, dijo Green. “Así que decidí unirme a mis amigos… No sabía qué sería lo correcto que hacer”.
Una atmósfera de odio y “satanización” hacia los palestinos se desarrolló en su unidad, según Green. Al describir el ambiente antes de su despliegue a Gaza, señaló que la demonización de los palestinos era evidente. “En los días antes de que entráramos en Khan Younis… había una atmósfera que estaba creciendo de demonización de los habitantes de Gaza”, explicó. “La gente hablaba de destruir Gaza por completo como si fuera una idea legítima”.
Las reglas de combate de las FDI han sido objeto de intenso escrutinio. Green argumenta que los comandantes parecían estar cediendo a los deseos de los soldados de tener menos restricciones, promoviendo un ambiente donde las acciones vengan de la mano de una búsqueda de venganza.
La destrucción indiscriminada de viviendas palestinas fue uno de los aspectos que más le impactó. “Vimos mucha destrucción que no tenía justificación militar”, comentó Green. “La gente está destruyendo casas por venganza, mezclando razones militares con la necesidad de vengar el 7 de octubre”.
Además, Green presenció lo que él considera saqueos por parte de sus compañeros. “Ves saqueos de tus compañeros todo el tiempo. La gente se llevaba recuerdos de las casas de los palestinos”, dijo. A pesar de que los altos mandos de las FDI condenan estos actos, Green asegura que no se hacen esfuerzos suficientes para detenerlos.
El momento decisivo para Green fue cuando su comandante ordenó quemar una casa palestina. “Me enfrenté a él y le pregunté por qué estábamos haciendo eso”, relató Green. “Las razones que dio no eran lo suficientemente fuertes”. Finalmente, decidió abandonar su unidad y hablar públicamente sobre la situación, presionando al gobierno israelí para aceptar un acuerdo de cese al fuego.
Enfrentando críticas en casa, Green ha firmado una carta con otros reservistas en la que se oponen a servir en Gaza. Su valentía ha generado preocupación entre su familia y amigos. “Estoy dispuesto a sacrificar mi privacidad y hablar sobre un tema tan controvertido porque creo que es una cuestión de vida o muerte”, dijo Green.
Sobre el conflicto en Gaza, Green también instó a los palestinos a no apoyar la violencia de Hamas. “No confundan apoyar a Palestina con apoyar la violencia de Hamas”, advirtió.
