Rigoberto Salgado Vázquez, exdelegado en Tláhuac y actual coordinador territorial de la campaña de Clara Brugada, ha sido señalado por utilizar su influencia política para intentar adueñarse de dos predios en la Ciudad de México. Según denuncias, Salgado ha movilizado a funcionarios y elementos de seguridad para presionar a los propietarios de los terrenos, lo que ha desatado un conflicto en la zona.
Ángel Romero Villalobos, uno de los afectados, acusa a Salgado y a Roberto Mejía Méndez, director de gobierno de la alcaldía Tláhuac, de orquestar acciones para despojarlo de propiedades que adquirió hace más de una década. Estas acusaciones se suman a otras controversias relacionadas con el equipo cercano a Clara Brugada, lo que ha generado inquietud sobre las prácticas políticas dentro de su círculo de colaboradores.
Las maniobras de Salgado han sido criticadas por su aparente uso indebido del poder político para beneficio personal, lo que refleja un patrón de conductas cuestionables en su historial como funcionario público. Este escándalo pone en entredicho la transparencia y ética de algunos de los principales operadores políticos de Morena en la Ciudad de México, justo en un momento clave para las elecciones locales.