El Instituto Hidalguense de Educación para los Adultos (IHEA), respaldado por la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), está llevando la educación a quienes más lo necesitan: las personas recluidas en cárceles y centros de justicia para adolescentes. Este año, han trabajado con alrededor de 700 reclusos en el estado, ofreciéndoles una oportunidad de estudiar mientras cumplen sus condenas.
Desde el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), se ha implementado un modelo educativo especializado para responder a las necesidades específicas de este grupo. Este enfoque no solo busca mejorar las condiciones de vida de los internos, sino también facilitar su reintegración social, alejándolos de conductas antisociales y, en algunos casos, reducir sus penas.
El IHEA se encarga de proporcionar educación en ocho centros de reclusión repartidos por el estado, incluyendo Actopan, Huejutla de Reyes, Huichapan, Molango, Tenango de Doria y Tula de Allende. Tulancingo de Bravo y Pachuca de Soto son los municipios con el mayor número de internos que se benefician de estos servicios educativos.
Actualmente, de las 317 personas que están cursando estudios, 14 están en nivel Inicial de alfabetización, 78 en nivel Intermedio (primaria) y 225 en nivel Avanzado (secundaria).
Además, el año pasado el IHEA firmó un convenio de colaboración con la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH), a través de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social. Este acuerdo se centra en ofrecer círculos de estudio para aquellos privados de libertad en centros de readaptación y en situación de exclusión educativa.
A finales de junio de 2024, 95 personas en diversos Centros de Reinserción Social del estado habían sido certificadas en algún nivel de educación básica, con un total de 91 hombres y 4 mujeres.
Para continuar con estos esfuerzos, en los centros de readaptación social y en los módulos especializados para adolescentes, se ofrecen módulos básicos diversificados para el aprendizaje de la lectoescritura y la certificación de conocimientos, todo bajo el Modelo Educación para la Vida (MEV).