El 26 de agosto de 2024, el precio de la gasolina en México registró un incremento, con la Magna alcanzando un promedio de 23.12 pesos por litro y la Premium llegando a 25.80 pesos por litro. Este aumento genera preocupación entre los consumidores, quienes enfrentan una presión adicional en su economía diaria.
A pesar de las promesas del gobierno de AMLO de mantener precios estables, los costos de los combustibles continúan al alza, lo que suscita críticas de varios sectores. Muchos ciudadanos señalan que estas alzas contradicen los compromisos de la administración actual de proteger el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
El impacto del aumento en los precios de los combustibles se extiende a toda la cadena de suministro, afectando desde el transporte público hasta el costo de bienes y servicios. Esto alimenta el descontento social, especialmente entre las comunidades de menores ingresos que dependen de estos servicios.
Mientras tanto, expertos en economía sugieren que la volatilidad en los precios de la gasolina podría persistir debido a factores internacionales y las políticas energéticas del país. Las expectativas de un control más estricto por parte del gobierno no han logrado mitigar los efectos negativos en los consumidores.
La situación actual plantea un desafío significativo para el gobierno, que enfrenta crecientes demandas para abordar esta problemática de manera efectiva. Sin una solución clara a la vista, el debate sobre el costo de los combustibles seguirá siendo un tema central en la agenda política de México.