El 28 de agosto de 2024, el gobierno del Estado de México presentó un plan de desarrollo urbano para regular el crecimiento alrededor del Tren Interurbano México-Toluca, conocido como “El Insurgente”. Este plan busca evitar un crecimiento desordenado en los municipios por donde pasa la línea ferroviaria.
La segunda fase del tren, que será inaugurada este fin de semana, extenderá la ruta hasta Santa Fe en la Ciudad de México. A pesar del entusiasmo por el proyecto, expertos han planteado preocupaciones sobre los efectos ambientales y sociales del plan, especialmente en las zonas cercanas a las estaciones.
Se prevé que el tren movilice a 200,000 personas diariamente y beneficie a más de un millón de residentes. Sin embargo, el impacto potencial en las áreas ecológicas y el riesgo de urbanización descontrolada siguen siendo puntos de debate.
El gobierno ha enfatizado la necesidad de un desarrollo controlado y ha propuesto mejoras en infraestructura, movilidad, y uso del suelo. A pesar de estas promesas, algunas comunidades locales expresan dudas sobre la ejecución efectiva del plan y su verdadera capacidad para manejar el crecimiento proyectado.