El 2 de septiembre de 2024, la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó a Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, que explique su ubicación el 25 de julio, el día en que Ismael “El Mayo” Zambada fue secuestrado y entregado a las autoridades estadounidenses. Rocha afirmó que no estuvo presente durante el secuestro y que proporcionará las pruebas necesarias si la FGR lo requiere.
En su conferencia matutina, Rocha rechazó cualquier implicación en los eventos que llevaron al secuestro del líder del Cártel de Sinaloa, señalando que nunca estuvo en el lugar donde Zambada fue capturado. Además, el gobernador negó usar su posición para evitar una investigación más profunda.
El Mayo Zambada, en una carta publicada en agosto, indicó que su captura fue el resultado de una traición por parte de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Según Zambada, fue invitado a una reunión donde se esperaba la presencia de Rocha, lo que ha generado más preguntas sobre la relación entre el gobierno estatal y las actividades delictivas.
En una declaración adicional, Rocha reiteró su disposición a colaborar con la FGR si fuera citado a comparecer, aclarando que no tiene nada que temer. También instó a los medios a no exagerar la situación en Sinaloa, advirtiendo que tales reportajes solo causan alarma innecesaria entre la población.
Rocha enfatizó que las acusaciones en su contra son infundadas y buscan desestabilizar a su gobierno. Rechazó cualquier vinculación con Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, quien también ha sido acusado de traición a la patria en relación con la entrega de Zambada.