¡No Subestimes la #Siesta! Cómo #Dormir Un Rato Puede Hacer Magia en Tu #Cerebro.

La próxima vez que sientas el impulso de echarte una siestita, podrías estar haciendo algo bueno no solo para tu descanso, sino también para la salud de tu cerebro a largo plazo.

La siesta, que a menudo se ha considerado un simple gusto o una necesidad después de una mala noche de sueño, está recibiendo un nuevo reconocimiento. Un estudio reciente, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Londres y la Universidad de la República en Montevideo, ha demostrado que dormir un poco durante el día no solo beneficia al cuerpo, sino también al rendimiento cognitivo.

Según la investigación publicada en Sleep Health, aquellos entre 40 y 69 años que se toman siestas tienen un cerebro más voluminoso en comparación con quienes no lo hacen. Esto se relaciona con una mayor cantidad de neuronas y una mejor capacidad cognitiva. De hecho, la diferencia en el volumen cerebral entre los que duermen siesta y los que no podría equivaler a 6,5 años de envejecimiento cerebral, sugiriendo que las siestas pueden ayudar a mantener la salud cerebral y a ralentizar el proceso de atrofia relacionado con la edad.

¿Por qué son tan importantes las siestas? Históricamente, las siestas han sido valoradas por su capacidad para proporcionar un descanso rápido y efectivo, pero este estudio añade una nueva perspectiva. Más allá de recargar energías, las siestas parecen tener un impacto real en la estructura cerebral, lo cual podría mejorar la capacidad cognitiva a largo plazo. Esto refuerza la idea de que el sueño es crucial no solo durante la noche, sino también en breves momentos durante el día.

Con solo 10 a 30 minutos de siesta, puedes obtener beneficios cognitivos notables. Durante este breve descanso, el cerebro tiene la oportunidad de reorganizar la información del día. Esto se traduce en una mejora en la memoria a corto plazo y en la capacidad para realizar tareas complejas que requieren concentración.

Aunque las siestas suelen ser cortas, permiten al cerebro alcanzar fases de sueño profundo, cruciales para consolidar la memoria. En esencia, tomar una siesta permite que el cerebro “reinicie” y vuelva al trabajo con mayor capacidad de concentración y mejor habilidad para resolver problemas.

Este descubrimiento ha provocado un gran debate en la comunidad científica. Mientras algunos expertos ven estos hallazgos como un avance en la comprensión del sueño y el envejecimiento cerebral, otros piden cautela y destacan la necesidad de más investigaciones para entender mejor cómo y por qué las siestas tienen un impacto tan notable.