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El partido Morena ha decidido expulsar a la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, después de que se revelara su encuentro con un presunto líder de una organización criminal. Esta decisión ha generado una ola de críticas hacia el partido gobernante, que ha sido acusado de tolerar vínculos con grupos delictivos.
El incidente se hizo público tras la filtración de fotos y audios que capturaron la reunión entre Hernández y el líder criminal. Aunque la alcaldesa argumentó que el encuentro formaba parte de su labor para mantener el orden en la región, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena no tardó en actuar, solicitando su expulsión inmediata.
El encuentro, que ha sido objeto de controversia, ocurre en un momento delicado para el gobierno de Morena, que enfrenta críticas por su estrategia de seguridad. Esta situación también ha puesto en entredicho el compromiso del presidente López Obrador con su política de “abrazos, no balazos”, mientras aumenta la presión por resultados más contundentes contra la delincuencia organizada.
La decisión de expulsar a Hernández busca mitigar el daño político y restaurar la imagen del partido. Sin embargo, la oposición ha utilizado este incidente para señalar la supuesta complicidad entre Morena y el crimen organizado, exigiendo una investigación más profunda y acciones más severas contra cualquier funcionario involucrado con estos grupos.
A pesar de la expulsión de Hernández, persisten las dudas sobre cuán extendidos están estos nexos en otros niveles de gobierno, lo que podría afectar la confianza en el partido de cara a las próximas elecciones
