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La búsqueda de Fernanda Sánchez Castañeda en Berlín comenzó dos días después de su desaparición, una acción inusual, ya que generalmente se esperaría un periodo de al menos dos semanas. Los investigadores, en su primera revisión de escenas, no encontraron señales de violencia, agresión o enfrentamientos. Las autoridades enfocaron sus primeras medidas en analizar su computadora y teléfono móvil.
El punto de partida fue su cuarto en la residencia estudiantil donde vive, donde también dejó abandonado su teléfono móvil.
Con el propósito de presionar a las autoridades alemanas y mexicanas, se organizará una vigilia el próximo sábado cerca de la embajada mexicana, en colaboración con diversos grupos feministas, entre ellos las Sor Juanas, una destacada agrupación en la escena feminista de Berlín.
Oficialmente, la última vez que se vio a la estudiante mexicana fue el 22 de julio pasado, durante la temporada de vacaciones de verano, cuando los alemanes suelen ausentarse de sus actividades cotidianas.
La intervención de la canciller Alicia Bárcena desde México impulsó a la policía de Berlín a iniciar la búsqueda con elementos a pie, perros y buzos, ampliando las opciones de búsqueda a solo dos días de su desaparición.
Por ahora, la hipótesis principal que maneja la policía alemana sobre la estudiante es que su desaparición podría estar relacionada con el verano alemán, las festividades y los viajes, más que con un acto criminal. Sin embargo, aún no se ha descartado ninguna línea de investigación. Tanto los cuerpos de seguridad alemanes como el gobierno de Berlín están comprometidos en dar con el paradero de la estudiante, quien reside en Adleshorf, un distrito de Berlín.
Una segunda hipótesis que está siendo considerada es la relativa a la salud mental de Sánchez Castañeda, planteando la posibilidad de que pudiera haber atentado contra su propia vida. Fuentes cercanas al caso indican que en las conversaciones entre la policía y la familia se mencionó el tema del suicidio. Los agentes alemanes concluyeron que ella atravesaba por una situación de vulnerabilidad emocional, lo cual habría sido confirmado por la familia durante los primeros encuentros con las autoridades encargadas de la investigación.
La desaparición de la joven mexicana, de poco más de 1.50 metros de altura, alrededor de 55 kilos y 24 años de edad, ha generado diversas protestas por parte de grupos feministas, algunos de ellos considerados radicales. Entre las manifestaciones, se destacan los incidentes ocurridos cuando un grupo incendió una sucursal del Deutsche Bank en protesta por su financiamiento al Tren Maya, así como la interrupción del servicio de trenes en el norte de Alemania tras quemar los cables de energía eléctrica.
Se espera que estos grupos participen en la vigilia del próximo fin de semana, tanto en la embajada de México como en el edificio gubernamental local.
