¡El robot que lleva la escuela a casa!

Cuando los pequeños enfrentan una enfermedad crónica, no solo lidian con el problema de salud: la falta de conexión con sus amigos y la escuela puede ser igual de dura. Para esos niños que están recibiendo tratamientos prolongados o batallan con temas de salud mental, la empresa noruega No Isolation ha creado el robot AV1, que se convierte en sus ojos, oídos y voz en clase, ayudándoles a estar al tanto de lo que sucede con sus compañeros.

El AV1 tiene un diseño sencillo que imita una cabeza y un torso humano. Puede girar 360 grados y está equipado con cámara, micrófono y altavoz. Los profesores lo colocan en un escritorio del aula y el estudiante lo controla de manera remota mediante una aplicación a la que se le asigna una contraseña única.

“Los niños pueden tocar o deslizar el dedo por la pantalla para explorar diferentes partes del aula”, explica Florence Salisbury, directora de marketing de No Isolation. El alumno puede interactuar con el profesor o sus compañeros a través del altavoz, y la app tiene una opción para “levantar la mano”, que hace que una luz en la cabeza del robot parpadee. También pueden seleccionar emojis que se muestran en los ojos del robot.

En 17 países hay más de 3,000 unidades AV1 activas, especialmente en Reino Unido y Alemania, donde más de 1,000 de estos robots están en uso.

En el Reino Unido, las escuelas pueden alquilar el AV1 por aproximadamente £150 (US$ 200) al mes o hacer una compra única por £3,700 (poco menos de US$ 4,960), con un paquete de servicios adicional de £780 (alrededor de US$ 1,045) al año.

Salisbury destaca que uno de los mayores beneficios del robot es su capacidad para mantener las conexiones sociales. Compartió la conmovedora historia de un chico de 15 años de Warwickshire, Inglaterra, que usa el AV1 y cuyos amigos llevan al robot a almorzar, asegurando que se sienta incluido en su grupo.

“Durante períodos largos de ausencia, donde sus compañeros pueden no ver a su amigo por un tiempo, esta conexión con la escuela se convierte en un verdadero salvavidas para esos estudiantes, especialmente los que tienen condiciones médicas”, comenta Salisbury.

De acuerdo con las estadísticas gubernamentales más recientes, más del 19% de los estudiantes en Inglaterra estuvo ausente de forma persistente en el otoño de 2023/24, y de esos, 7.8% lo fue por enfermedad. Esta cifra es aún más alta que los niveles previos a la pandemia.

Durante la crisis de covid-19, el aprendizaje remoto se volvió la norma, pero para muchos estudiantes, al regresar a clases, esa opción ya no era viable. Aunque el AV1 se lanzó antes de la pandemia, algunas escuelas han comenzado a usarlo para ayudar a los estudiantes a reintegrarse al ambiente escolar.

“Hacen que el niño sea importante”, dice Michael Douglas, fideicomisario fundador del Chartwell Cancer Trust del Reino Unido, que ofrece 25 robots AV1 a niños con enfermedades graves. “Los padres los adoran y realmente hacen la diferencia”.

Sin embargo, reconoció que puede haber obstáculos administrativos y que “la burocracia puede complicar la implementación del sistema AV1 en escuelas u hospitales”. También mencionó que algunas instituciones pueden tener problemas para mantener la infraestructura técnica necesaria para su funcionamiento, debido a una mala señal de WiFi o móvil.

En junio, una investigación publicada en la revista Frontiers in Digital Health examinó el uso del AV1 en Alemania y del robot avatar OriHime en Japón, encontrando que estas tecnologías “tienen un gran potencial para que los niños se mantengan conectados social y educativamente”.

Sin embargo, se enfatiza la necesidad de establecer estructuras que garanticen un acceso igualitario a estas tecnologías y de proporcionar sesiones de capacitación para profesores sobre los aspectos técnicos y sociales de los robots para asegurar una implementación exitosa.

En agosto pasado, No Isolation lanzó AV1 Academy, una biblioteca de recursos y materiales de capacitación para optimizar el uso del robot.

Salisbury asegura que el AV1 fue diseñado con sólidas medidas de privacidad. No recopila datos personales, y la aplicación impide capturas de pantalla o grabaciones. La transmisión en vivo está protegida por cifrado y solo un dispositivo puede conectarse a la vez; la cabeza y los ojos del robot se iluminan para indicar que está en uso.

Hay otros robots avatar en el mercado, como VGo y Buddy, que tienen ruedas y pueden moverse por la escuela o el lugar de trabajo. Sin embargo, Salisbury afirma que no tener ruedas hace que el AV1 sea más práctico, y con un peso de alrededor de 1 kilogramo, es fácil de transportar para profesores o estudiantes en una mochila.

Además, la ausencia de una pantalla que muestre el rostro del niño puede resultar ventajosa. “Hemos observado que eliminar la presión de estar frente a la cámara aumenta la probabilidad de que el robot sea utilizado por estudiantes que evitan la escuela por razones emocionales”, concluye Salisbury.

Autor Itzel G. Bandala

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