Este miércoles, el Departamento de Estado de Estados Unidos lanzó una bomba al anunciar que Rafael Correa, expresidente de Ecuador, y su exvicepresidente Jorge Glas, ya no pueden pisar territorio estadounidense. La razón: ambos fueron acusados de estar metidos hasta el cuello en casos de “significativa corrupción” mientras estaban al mando del país.
En un comunicado, el Departamento señaló que tanto Correa como Glas “abusaron de sus posiciones”, aceptando sobornos a cambio de contratos de obras públicas. Es decir, se habla de que el poder lo usaron para hacer caja, recibiendo dinerito a cambio de favores, incluyendo contribuciones políticas.
Correa, quien gobernó Ecuador entre 2007 y 2017, vive actualmente en Bélgica, pero no se ha salvado de una condena de ocho años de prisión en su país, ligada al caso “Sobornos 2012-2016”. Aunque siempre ha negado las acusaciones, diciendo que todo es parte de una persecución política, lo cierto es que su extradición está en el aire. Correa no se quedó callado y desde X (antes Twitter) lanzó su queja: “¡Meten hasta a mi familia! ¡No hay derecho!”.
Por su lado, Glas se encuentra detenido en Ecuador. En abril, la Policía lo sacó de la embajada de México en Quito, donde había recibido asilo, lo que provocó una crisis diplomática entre México y Ecuador. Las autoridades ecuatorianas no lo sueltan: lo acusan de corrupción y exigen que cumpla con la justicia, pero Glas insiste en que es otro caso de persecución política.
El embajador de EE.UU. en Ecuador, Art Brown, no se quedó atrás y en su cuenta de X señaló que “Correa y Glas abusaron de sus posiciones aceptando coimas”, dejando claro que nadie, sin importar su rango, se salva de enfrentar la ley.
Pero eso no es todo. Estados Unidos no solo vetó a Correa y Glas, sino que también extendió la prohibición a la esposa, dos hijas y un hijo del expresidente, así como a la esposa y un hijo de Glas.
Por ahora, el mundo político está al pendiente de las reacciones y, por supuesto, de lo que estos dos personajes emblemáticos de Ecuador hagan frente a esta nueva jugada de Estados Unidos.