El huracán Milton arrasó con fuerza el estado de Florida, dejando una estela de devastación. Las cifras preliminares son alarmantes: al menos 10 muertos, cerca de 2.9 millones de hogares y negocios sin electricidad, y unos 80,000 evacuados que pasaron la noche en refugios.
Aunque Milton ya ha cruzado Florida de oeste a este y ahora navega por el Atlántico como una tormenta post-tropical, las inundaciones que ha dejado preocupan a las autoridades. Las estimaciones del Centro Nacional de Huracanes (CNH) indican que la tormenta se dirige hacia las Bermudas.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, mencionó que el condado de St. Lucie reportó cinco fallecidos por tornados generados por Milton, mientras que otros dos perdieron la vida en St. Petersburg. Sin embargo, este número podría aumentar, ya que DeSantis está trabajando en un recuento total de víctimas.
Las autoridades piden a los habitantes de las zonas afectadas que permanezcan en sus casas o refugios para ayudar en las labores de rescate. El director de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, instó a la población a no salir a las calles. Cientos de personas han tenido que ser rescatadas de sus hogares, y solo en el condado Pinellas, los equipos de emergencia lograron evacuar a 430 personas atrapadas en un complejo residencial.
DeSantis también aseguró que llevará tiempo evaluar los daños, pero expresó que “los peores escenarios no se cumplieron”. A pesar de que más de 4 millones de clientes sufrieron cortes de luz, ya se había restablecido el servicio a alrededor de 1 millón de hogares y negocios.
Mientras tanto, Jane Castor, la alcaldesa de Tampa, tranquilizó a los ciudadanos diciendo que su ciudad no había sufrido daños significativos, gracias a las lecciones aprendidas del huracán Helene, que dejó más de 200 muertos en el sureste de EE.UU. “Cuando la gente se enfrenta a la fuerza de la naturaleza, toma precauciones”, comentó.
Hasta ahora, además de caídas de árboles y postes de luz, los medios locales reportan daños en infraestructuras. El estadio Tropicana de San Petersburgo, hogar de los Tampa Bay Rays, perdió gran parte de su techo, mientras que las oficinas del diario local Tampa Bay News sufrieron daños por la caída de una grúa.
El suministro de agua también se vio afectado, y las autoridades han recomendado a los residentes hervir el agua antes de usarla para beber o cocinar, mientras se llevan a cabo las reparaciones.
DeSantis también informó que el Aeropuerto Internacional de Tampa, que cerró ante la llegada de Milton, ha sufrido daños, aunque menores, y debería reanudar operaciones este viernes. Aproximadamente 2,000 vuelos fueron cancelados en los aeropuertos de la región central de Florida.
A medida que la tormenta avanzaba, Will Luera, un mexicano-estadounidense de 49 años, compartió su experiencia durante el huracán. Su familia se refugió en un hotel y, tras la tormenta, regresaron a su hogar en Gillespie Park, donde encontraron todo en orden. “La habitación se oscureció y el viento hacía volar objetos por la ventana, sentí mucho miedo”, relató.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, y el gobernador DeSantis pidieron a la población que evite las áreas inundadas. “La ayuda está en camino, pero hasta que llegue, quédense donde estén”, aseguró Biden en su cuenta de X.
DeSantis también advirtió sobre los peligros de caminar por aguas contaminadas, mientras que Bill McDaniel, director de la empresa de servicios públicos de Plant City, alertó sobre los riesgos de la contaminación en el agua.
Para prevenir el acercamiento de curiosos a las áreas afectadas, algunas autoridades han cerrado carreteras en el condado St. Petersburg debido a las “peligrosas condiciones”. Las autoridades también informaron que numerosas carreteras han sido completamente arrasadas o están inundadas.
Ante la inminente llegada de Milton, se implementó un extenso operativo de evacuación, con miles de agentes desplegados en la Bahía de Tampa, donde parte de su población recibió órdenes de desalojar.
El presidente Biden mencionó que se han desplegado miles de efectivos federales, incluyendo 1,000 miembros de la Guardia Costera. También, alrededor de 1,500 camiones con operarios salieron de Miami para ayudar en las labores de limpieza y reparación.
La recuperación tomará tiempo, pero Florida está demostrando su resiliencia ante esta nueva prueba.