En la plaza principal de Cotija, Michoacán, apareció una narcomanta atribuida al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en la que se lanza una amenaza directa al general Ernesto Joaquín Geminiano Jiménez, comandante de la 21/a Zona Militar en Morelia. El mensaje acusa al alto mando militar de haber incumplido acuerdos previamente establecidos con el grupo criminal, lo que ha desatado advertencias de represalias.
El cartel, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, también conocido como El Mencho, busca afianzar su control en esta región de Michoacán, una zona estratégica por su cercanía con Jalisco. La manta sugiere que las recientes decisiones del general, como los cambios en el personal militar en Cotija, han obstaculizado las actividades del cártel, generando tensión entre ambas partes.
El mensaje también hace referencia al asesinato de la alcaldesa Yolanda Sánchez Figueroa, ocurrido meses atrás, sugiriendo la implicación del CJNG en dicho crimen. Sánchez Figueroa fue asesinada el 3 de junio en un ataque armado, en lo que parece ser una acción relacionada con la lucha por el control territorial en Cotija.
Este episodio se suma a una serie de hechos violentos que han sacudido la región en los últimos meses, incluida la emboscada a policías municipales el 3 de julio, donde dos oficiales fueron asesinados. La creciente violencia en la zona ha sido marcada por la presencia activa del CJNG, que ha perpetrado ataques armados y mostrado su poder a través de videos compartidos en redes sociales.
El general Ernesto Joaquín Geminiano Jiménez, quien asumió el mando de la 21/a Zona Militar en mayo de 2024, se ha enfrentado a una creciente presión por la presencia del CJNG en Michoacán. Su experiencia como comandante de diversas zonas militares y su trabajo previo en la Guardia Nacional no han sido suficientes para contener la influencia del cártel en esta región. Las amenazas contra su vida y las operaciones militares bajo su mando evidencian la fragilidad de la estrategia de seguridad en Michoacán.
El CJNG, conocido por su violenta expansión en todo el país, ha intensificado su lucha por el control del territorio en Cotija, un municipio clave en la frontera entre Michoacán y Jalisco. La situación en esta región pone de relieve la incapacidad del gobierno para detener la creciente influencia del crimen organizado, a pesar de los esfuerzos militares y de seguridad desplegados en el estado.
La violencia y las amenazas que se ciernen sobre Michoacán continúan siendo un desafío para las autoridades locales y federales, mientras el CJNG sigue ganando terreno a costa de la seguridad y estabilidad de la región.