La Agencia Internacional de la Energía (AIE) trae buenas noticias para todos los que han sentido el peso de las facturas de energía en sus bolsillos. Según sus proyecciones, los precios del petróleo y del gas natural podrían experimentar una baja en los próximos cinco años, lo que sería un respiro muy necesario para los consumidores.
El aumento en los costos de la energía comenzó después de que Rusia lanzó una invasión a gran escala en Ucrania en febrero de 2022. Este evento, junto con el repunte en la demanda global tras el levantamiento de las restricciones por el COVID-19, llevó a que los precios se dispararan.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, afirmó que la producción de petróleo y gas natural podría incrementar en la segunda mitad de esta década, siempre y cuando las tensiones en el Medio Oriente y el conflicto en Ucrania no alteren las proyecciones actuales. “Esto nos conduciría a un panorama energético muy diferente al que hemos enfrentado en los últimos años, durante esta crisis global de energía”, añadió Birol en el último informe titulado “World Energy Outlook”.
A pesar de las noticias positivas, el informe también destaca la necesidad urgente de una transición más acelerada hacia energías limpias. Esto no solo es fundamental para enfrentar la crisis climática, sino también para asegurar la seguridad energética global, que se encuentra amenazada por las tensiones geopolíticas actuales.
¿Qué han hecho los gobiernos europeos para afrontar la crisis energética? En agosto de 2022, los precios de futuros del gas natural en Europa llegaron a un asombroso cierre de 339 euros (US$ 370), más de ocho veces su nivel actual. Aunque el precio del petróleo Brent está más alineado con los niveles pre-pandemia, ha experimentado un aumento reciente debido al resurgimiento de la violencia en el Medio Oriente, que es un productor clave de petróleo.
La buena noticia es que la producción de petróleo ha aumentado, gracias a los productores de Estados Unidos y otros países de América. La AIE anticipa que en los próximos cinco años veremos una “nueva y enorme oleada” de gas natural en forma licuada, principalmente proveniente de Estados Unidos y Qatar, según comentó Birol a CNN.
Birol también mencionó que habrá un “exceso” de oferta de petróleo y gas natural licuado en la segunda mitad de la década de 2020. Además, hay una capacidad de producción excedente en tecnologías de energía limpia, como paneles solares y baterías. “Esto pone al mercado en una posición favorable para los compradores”, concluyó.
¿Se abre un camino para una acción climática más efectiva? Aunque la caída esperada de los precios de los combustibles fósiles puede beneficiar a los consumidores, que contribuyan a la lucha contra el cambio climático dependerá de las decisiones que tomen los gobiernos.
“El alivio en los precios puede dar a los responsables políticos el espacio necesario para aumentar las inversiones en energías limpias y eliminar los subsidios ineficaces a los combustibles fósiles”, señaló Birol. Desde septiembre de 2021, los gobiernos europeos han gastado cientos de miles de millones para proteger a los consumidores de los costos energéticos en aumento.
Birol subrayó que las decisiones políticas y las elecciones de los consumidores tendrán un impacto significativo en el futuro del sector energético y en la lucha contra el cambio climático. Además, invertir en energía verde no solo es crucial para evitar un desastre climático, sino que también es una opción financieramente viable.
La AIE señala que muchas tecnologías de energía limpia son ahora las más asequibles cuando se consideran los costos a largo plazo. Aunque a veces tienen costos iniciales más altos que sus contrapartes convencionales, suelen ser más eficientes y tienen menores costos operativos, lo que protege a los consumidores de la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles.
Sin embargo, fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, inundaciones y sequías, intensificados por el cambio climático, han afectado las infraestructuras energéticas, causando interrupciones y aumentando temporalmente los precios. La AIE advierte que estos costos podrían crecer si las temperaturas globales siguen en aumento.
La AIE reiteró su expectativa de que la demanda de petróleo, gas natural y carbón alcanzará su punto máximo a finales de esta década, pero también enfatizó que “el mundo aún está lejos de una trayectoria alineada con los objetivos de emisiones netas cero”. Los científicos han dejado claro que las emisiones de gases de efecto invernadero deben llegar a cero neto para 2050 para evitar un calentamiento global superior a 1,5 grados Celsius.
Con las políticas actuales, la AIE prevé que la temperatura media mundial podría aumentar 2,4 grados para finales de siglo.