En América Latina, la tendencia a la baja en el número de bebés que nacen está más marcada que nunca. Cada vez más, las mujeres eligen tener menos hijos, y cuando deciden ser mamás, lo hacen en familias pequeñas. Esta situación contrasta drásticamente con la realidad demográfica que se vivía hace algunas décadas.
De acuerdo con el Banco Mundial, en los años 60, la tasa global de fecundidad era de 5,3 hijos por mujer. Hoy, esa cifra ha caído a 2,2. América Latina, sorprendentemente, ha sido la región que ha experimentado la mayor caída de la fecundidad a nivel mundial desde 1950, con un descenso del 68,4%. Le sigue Asia con una caída del 66,2%, mientras que el promedio global es del 52,6%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Martina Yopo, doctora en sociología de la Universidad de Cambridge y experta de la Universidad Católica de Chile, resalta que el descenso en América Latina es notable, dado que históricamente la región ha tenido tasas de fecundidad altas y tempranas. Entonces, ¿qué países están liderando la lista con la natalidad más baja y más alta? Vamos a desglosarlo.
Los países con la menor cantidad de nacimientos.
Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba son los países de América Latina con las tasas de fecundidad más bajas, rondando 1,5 hijos por mujer, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). Brasil y Colombia también están cerca, con 1,6 y 1,7 respectivamente.
Esta disminución en los nacimientos se debe a varios factores. Primero, las mujeres tienen ahora una mayor capacidad de decidir sobre su fertilidad. El uso de métodos anticonceptivos es más común y aceptado socialmente, lo que facilita el control sobre si y cuándo quieren ser madres. Además, las mujeres están más activas en el mercado laboral y en la educación superior, lo que cambia el enfoque sobre la maternidad.
Sabrina Juran, especialista de la Unfpa, también destaca que ha habido avances en educación, derechos reproductivos y planificación familiar. Este contexto ha llevado a muchas mujeres a posponer la maternidad, lo que tiene sus consecuencias.
En Chile, por ejemplo, el porcentaje de mujeres que se convierten en madres después de los 30 años se ha cuadruplicado en la última década. Esta postergación puede resultar en problemas de infertilidad, ya que, a medida que las mujeres esperan más tiempo, se hace más complicado concebir. Y con esto también ha aumentado el uso de técnicas de reproducción asistida.
Además, la situación económica juega un papel crucial. Con el aumento de los costos de vida y la dificultad de acceder a servicios de salud, educación y vivienda de calidad, muchas mujeres sienten que no están en condiciones de tener hijos.
Consecuencias de la baja natalidad.
La tasa de fecundidad en varios países latinoamericanos está por debajo del número necesario para mantener una población estable, que es de 2,1 hijos por mujer. De hecho, 29 países en la región tienen tasas inferiores a este umbral, lo que presenta desafíos significativos.
Los expertos advierten que esta baja en los nacimientos significa que en un futuro habrá menos trabajadores y más jubilados, lo que podría cambiar la forma en que se organizan las sociedades. La socióloga Martina Yopo advierte que este fenómeno afectará a sistemas esenciales como el mercado laboral, la educación y las pensiones, ya que la organización de estos sistemas se basa en la existencia de nuevas generaciones.
El tema ha levantado alertas no solo en América Latina, sino en todo el mundo. Las Naciones Unidas informan que más de la mitad de los países tienen tasas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, con algunos como China, Italia y España registrando tasas alarmantes de menos de 1,4 hijos por mujer.
Para contrarrestar este descenso, algunos gobiernos han implementado incentivos para aumentar la natalidad, como beneficios por cada nuevo bebé y subsidios médicos para tratamientos de fertilidad. Sin embargo, a pesar de algunos resultados positivos, la tendencia a la baja persiste.
¿Y los países con la natalidad más alta?
Por otro lado, países como Paraguay (2,4 hijos por mujer), Haití (2,7), Bolivia, Perú y Venezuela (2,1), destacan con tasas más altas en la región. Aunque estas cifras son notables dentro de América Latina, a nivel global están lejos de los altísimos índices que se observan en algunas naciones de África, como Níger (6,6 hijos por mujer).
Yopo señala que, aunque la mayoría de los países de la región están viendo caer sus tasas de fecundidad, el acceso a anticonceptivos y la participación de las mujeres en el ámbito laboral y educativo son factores clave que determinan qué tan rápido ocurre este descenso.
A pesar de esta disminución, también se observa un preocupante alto índice de embarazo adolescente en la región. Según la CEPAL, América Latina tiene algunas de las tasas más altas del mundo en este ámbito, solo superadas por África. Aunque ha habido una ligera reducción en los embarazos adolescentes en la última década, las cifras siguen siendo elevadas en comparación con otras partes del mundo.
Para finalizar, la caída en las tasas de fecundidad ha sorprendido a expertos y organismos internacionales, llevando a cuestionar las proyecciones demográficas. La ONU prevé que, si bien la población mundial aumentará hasta 2080, comenzará a descender a finales del siglo, impactando a naciones como China y Alemania.
Ante este panorama, Yopo sugiere que es fundamental crear políticas públicas adaptadas a estas nuevas realidades demográficas. Sin embargo, Juran añade que más que tratar de revertir la situación, debemos aceptar la nueva natalidad y enfocarnos en mejorar el acceso a derechos reproductivos y educativos.