Hace no mucho, 23andMe estaba en la cima del mundo. Esta empresa de análisis de ADN estaba batiendo récords y su valor en bolsa superaba incluso al de Apple. Millones de personas se lanzaban a enviar su saliva a cambio de informes sobre su ascendencia, salud y conexiones familiares. Pero, como suele pasar en el mundo de la tecnología, las cosas cambiaron rápido.
Hoy, 23andMe está en serios aprietos. Su valor en bolsa ha caído en picada y esta semana estuvo a punto de ser sacada del mercado. Con una base de datos de ADN que sigue siendo una mina de oro, los ojos están puestos en qué pasará con toda esa información sensible.
¿Cómo llegamos aquí?
Tres años atrás, la empresa era el centro de todas las miradas. Entre sus clientes más famosos se encontraban figuras como Snoop Dogg, Oprah Winfrey, Eva Longoria y Warren Buffet, mientras que millones de usuarios descubrían secretos familiares o incluso alertas sobre riesgos de salud.
En su apogeo, las acciones de 23andMe llegaron a alcanzar los 321 dólares. Hoy, ese precio ronda los 5 dólares, lo que representa solo el 2% de su valor anterior.
¿Qué salió mal?
Según Dimitris Andriosopoulos, experto en negocios de la Universidad de Strathclyde, el problema se debe a dos factores principales. Primero, la empresa no tenía un modelo de negocio sostenible. Una vez que la gente recibía su informe de ADN, no había muchas razones para que regresaran. Segundo, sus planes para usar los datos anónimos de ADN en investigación farmacéutica tardaron demasiado en generar ganancias, ya que el desarrollo de medicamentos es un proceso lento y costoso.
La situación empeoró cuando el consejo de administración renunció en pleno verano. Hoy, solo queda Anne Wojcicki, la cofundadora y CEO, quien sigue al mando de la compañía, pero no son pocos los rumores que apuntan a una posible venta o desaparición de la empresa.
La privacidad del ADN, una bomba de relojería.
Lo que realmente preocupa a muchos es lo que pasará con los datos de ADN de los usuarios. Según Carissa Veliz, autora del libro Privacy is Power, el tema es serio, ya que 23andMe guarda información no solo de sus clientes, sino también de sus familiares: padres, hermanos, hijos, e incluso parientes lejanos que no dieron su consentimiento.
A diferencia de otros datos personales, como los bancarios, los datos genéticos no pueden reemplazarse fácilmente. Si alguien hackea tu cuenta bancaria, puedes abrir una nueva cuenta, pero si tus datos de ADN caen en manos equivocadas, las consecuencias pueden ser mucho más graves. Y no solo para ti, sino también para tu familia.
¿Qué medidas se están tomando?
La empresa asegura que cumple con todas las leyes de privacidad y protección de datos, como el GDPR en Europa, y que los clientes seguirán protegidos, sin importar si la empresa cambia de manos o quiebra. A pesar de esto, las preocupaciones sobre los posibles riesgos de seguridad siguen siendo grandes.
De hecho, 23andMe ya fue hackeada hace un año, lo que dejó a muchos preguntándose si realmente sus datos están a salvo. Veliz subraya que la situación exige un enfoque más serio, pues las empresas pueden hacer prácticamente lo que quieran con los datos personales que recogen. “Hasta que no prohibamos el comercio de datos personales, no estaremos lo suficientemente protegidos”, advierte.